Es veterinario. Tenía una tienda en la que se sacaban fotos de carné o pasaporte, también de revelado. Vendía de todo, lápices, hojas para imprimir, cartón piedra, huevitos de codorniz (que sacaba de sus propias codornices) y hubo un tiempo en el que tenía en la vitrina unos pajaritos: "Los Inseparables".
Eran de colores claritos y llamativos, el macho suele tener los colores más vivaces, como forma de llamar la atención a la hembra para usarlos en el cortejo.
Estas aves tienen este nombre por una razón bastante lógica, son realmente inseparables. Es preciso que estén siempre emparejados, sino no es posible que sobrevivan.
La tienda estaba muy cerca del "Agas", un supermercado muy conocido en sus tiempos, (hace mucho que no me topo con ninguno).
Pasamos a saludar, yo era pequeña y fui acompañada de mi Lala (abuela), entonces me quedé pegada a la vitrina mirando la jaula de pájaros vacía.
Entré y lo primero que hice fue preguntarle al tío José:
- Y los Inseparables???
- Uno estaba enfermito y falleció hace unas semanas y el otro se terminó muriendo de pena.
Y después me dicen que no se puede morir de amor.
Nueva etapa
Nuevo año
Nueva ropa
Nuevas fotos
Nuevas amistades
Nuevo
Nuevo
todo Nuevo
Pero sigo usando el mismo par de calcetines con papas cada vez que puedo.
"No fue tanto más distinto no contar contigo nunca más. La verdad es que ahora lo prefiero así. Nueva etapa para mi y lo nuestro ya acabó"
"¿Pero tantas cosas que vivimos juntos? ¿No quieres acaso tener una despedida como se debe?"
"Sí, bueno es bastante tentador, pero no, ya basta, debo irme"
"¿Pero un momento del adiós? ¿Uno solo? ¿Por favor?"
Tekila fue con lo que empezó y tras dos toques en el hombro izquierdo que le hizo una de sus amigas, Juanito fue con lo que terminó.
Ya no me conformo con uno, ahora me lidera un ¡DOS!.
Pero que grande soy.
Canciones bonitas
Canciones para llorar
Recuerdos
Ganas de nadar en el mar hasta las boyas
Sueño
Palabras que jamás podré decir
Eco de discursos vacíos
Una piesa desordenada
Cosas que hacer, como preparar mi bolso para mañana
Mentiras
Verdades
Amor
Cariño
Gritos
Caricias
Peñiscos
Mordidas
Risas
Chistes
Una lista de compras
Deseos de fin de año
Sueños
Momentos que nunca vendrán
Momentos que siempre se repetirán
A tí
Es como un cuadrado de binomio. Hay gente que lo capta inmediatamente, puede descomponer todas las ecuaciones y reducirlas a lo mismo (a+b) al cuadrado. Hay otras en cambio que ni aprendiéndose la respuesta a al cuadrado más dos por a por b más b al cuadrado, lo ven. A menos que sea exactamene esa misma forma.
Pero para los que sí me entienden, les intento explicar que es como un cuadrado de binomio. Ahí está, conceptualmente, es evidente, es cosa de descomponer un poco, factorizar, reducir, se me van algunas X y ahí está, un hermoso cuadrado de binomio.
No es como el número Fi, ese número que de alguna manera es sinónimo de perfección, nunca entendí nada de la zona áurea, aún estoy sin entender. Un número tan perfecto que me llevó a situaciones tan perfectamente y deseablemente caóticas.
No, no, no. No es como el número Fi. Eso sí que es lo abstracto de lo abstracto, es una ínfima constante que me dice como tienen que estar formadas las cosas, en cambio un cuadrado de binomio es una regla simple de seguir, un sí y un no, no un maldito talvés, una cosa parecida a..., ni tampoco un más o menos. Es exacto, está ahi tal cual te lo presentan, el número Fi nunca es lo que es, porque queda más.
El cuadrado de binomio está o no está, el numero Fi es un puto número infinito, perfecto, pero infinito.
Aunque entienda todo esto, aunque lo sepa y tenga claro como funciona el cuadrado de binomio o sepa cual es el número Fi. Aunque haya tenido las reglas pintadas en la frente cada vez que daba un paso más. No lo llevé a cabo totalmente, me equivoqué en un signo en la primera parte del desarrollo y el resultado fue algo que no tenía que ser.
Es que lo demás también es abstracto, porque lo es. Yo no tomo el cariño con las manos, no se palpa, es un concepto, ¿se entiende verdad?. En este caso el nivel de abstracción es diferente que a nivel numérico.
Un cuadrado de binomnio puede ser o no ser. Me refiero a que jamas esperaría a que (a+b)*(a+b) fuese igual a (ab)*(ab). En cambio, con lo demás si espero, no esperar de esperar sentada, sino de desear que las cosas sean distintas, porque soy humana, no soy un robot. La verdad es que no sé como lo hacen los demás.
Por eso, entiendo que no puede ser igual a lo que definitivamente NO es, pero espero que sea igual. ¿Entienden?
Por eso el número Fi es divertido, por ser una rara manera de conocerte.
pdTú. No sé si se habrá entendido, no sé si es un poco psicópata escribir esto o si soy demasiado "cuática" pero en fin, weas que uno hace de loca que está.
pdFran. ¿Tu creí que si transformé un cuadrado de binomio a una explicación más rara que mi lista de prioridades debería haber estudiado comercial?
La letra "Q" es una bonita letra, y la palabra "Banana" es una palabra divertida.
Hoy:
- Profe, a todo esto, ¿con qué nota me presentaba para el examen?
- ¿Con qué nota? Usted anda siempre perdida... - cara de desapruebo
- Pero si me dijo que daba examen y ya lo di. - para qué me iba a estresar, pensaba yo
- Con un 4.9. Al filo, Natalia, siempre al filo.
¿Qué va a ser de usted en el futuro?
- Yo vivo no más, profe
- Ud. vive no más, así veo.
- Jajaja, que pase una Feliz Navidad y Año nuevo
- Páselo bien en sus vacaciones
- No se preocupe, lo haré
No me puso ningún seis en todo el año que tuve clases de redacción con él.
¿Tan al lote soy para escribir, me pregunto yo? Si sé que aún no aprendo a poner las comas, pero en fin...
Es tan viejito Pascuero que es imposible no querer tirarle tallas y no poder bajar la cabeza cuando me entrega mis cuatro y tantos.
"Las nota no se las pongo yo, usted se las saca"
"Se quedó dormida, ¿de nuevo?"
"AAhhhh si me imagino, trabajo de tiempo completo usted no va a querer"
"Si usted quiere, bueno, puedo ser su abuelo. Puede venir a conversar conmigo cuando usted quiera" (Notable Fran)
Es lo mejor. Aunque la peladita suave y la cara tierna de Gugo siempre fue tentadora.
¡ Por fin !
It's over
pd. Todo ^^
Es extraño lo que puede hacer este instrumento de seis cuerdas.
Te junta y a la vez te separara.
Es pasión.
Normalmente venía el inspector a asomar su bigote poblado por la ventana y le hacía algunas señas para que dejara de balancearse.
Pero con el típico gesto cínico de "perdón, es la última vez" esperaba que la franja de pelos dejara de mirarlo y volvía a su anterior posición.
Nunca entendía mucho de lo que hablaban en clases, aunque mal no le iba. Pasaba preguntando la hora para salir a jugar la pichanguita y de vez en cuando, si hablaban de Dios o política daba alguna opinión.
"Manitos de hacha" le llamaban algunos de sus compañeros, cosa que tomaba, cosa que hechaba a perder. Adivinar cuánto podía durarle un lápiz pasta era lo más fácil: una clase, porque era cosa de que llegara del recreo para ver que ya tenía una mancha azul en el bolsillo derecho del pantalón gris, el que siempre combinaba con unos zapatos de colegio maltratados que cambiaba cada 4 meses, porque se rompían con tanta pelota.
No me daba cuenta que los extrañaba tanto, hasta que las conversaciones que empezaban con: "¿¿Viste el final de Machos??" se terminaron. Ahora lo que queda por hablar es cómo piensas cambiar el mundo.
Crecimos.
Menos mal que los sábados en la mañana sigo siendo la misma niña que era cuando jugaba a la "casita".
Que la estúpida seguridad me abandone.
Déjame en paz, por esta vez, sólo por esta vez necesito sentir que no estoy segura de esto, necesito olvidarme de todo aquello que creía ciegamente.
Caprichos,caprichos, caprichos.
No, no es un capricho. ¿Ves? a eso me refiero.
Seguridad: déjame sola otra vez, déjame vagar por esas tierras llenas de nostalgia, déjame tener más opciones que tomar, deja de robarme el abanico de posibilidades y deja de seguir empujándome al error.
¿Cómo hago para dejar de estar segura de mi?
Que raro, llevo casi 20 años preguntándome lo contrario. ¿Qué pasó?
Pasa que duele, me duele y me carga ser mujer, porque duele todos los meses y molesta y andas mal genio y nunca falta el pelotudo que cuando lo miras con una mala cara te pregunta "uuyyy ¿estás en esos días?" y tú lo odias, lo odias más que a él, más que al dolor, más que a la seguridad.
Quiero dudar de que tiene que ser así. Por favor.
Y una mochila pesada en mi espalda,
y metro,
y mis amigas,
y bus,
y música,
y el terminal,
y caminar,
y no saber que comprar en "La Lica"
y un taxi,
y una amiga alegando que está cansada,
y la otra que no quiere pagar tres gambas al taxista,
y caminar,
y achuntarle a las llaves,
y Don Joel esperando,
y la casa aún no está pintada,
y sorpresa, el color no me gustó tanto como esperaba,
y limpiar,
y algunas que se niegan,
y otras que se alteran,
y 4 días para 20 años,
y veinte ya,
y amigas, amigas, amigas,
y llamadas por teléfono que no llegarán,
y llamadas por teléfono que no pensé me harían,
y mi papá que se acaba de enterar que me fui a la playa,
y feliz cumpleaños,
y un tekila,
y amigas,
y la insolación de ayer y antes de ayer,
y el bloqueador,
y las fotos,
y la casa siempre fue chica para todas nosotras,
y sin quejas,
y sin política cochina,
y sin sufrimientos,
y mis amigas,
y música,
y ordenar,
y nos vamos.
y Feliz Cumpleaños,
y Feliz Navidad,
y una mochila pesada en mi espalda,
y ropa más liviana,
y un saco de dormir,
y actividades,
y niños,
y cargar buses,
y el himno de la mananda,
y los papás despidiéndose,
y los niños gritando,
y cuánto queda Raksha?,
y llegamos,
y armar campamento,
y faltan carpas,
y no tengo ganas de pelear,
y soy feliz,
y estoy cansada,
y no lo noto después de 4 días,
y juegos,
y niños,
y amor,
y feliz navidad de nuevo,
y flor roja,
y adiós a los que se van,
y lloran,
y empiezan una nueva etapa,
y empezamos una nueva etapa,
y armar mochilas,
y desarmar campamento,
y partimos,
y descargar buses,
y mi mamá me pasa a buscar,
y una ducha,
y mi cama,
y feliz,
y soy más feliz,
y feliz año nuevo,
y no espero tener una mejor manera de terminar el 2008,
y estoy segura que será la mejor.
Si te enojas con ella todos los días ¿cómo pretendes que no te devuelva la mala onda?
Imagínate fueras ella y "alguien" te dijera todo el rato que eres como la mierda. Obvio que se enoja y te pone más piedras en el camino de las que puedes esquivar.
Deja de tirarte mierda a ti misma y a tu vida, déjala fluir un momento, de a poco las cosas se van poniendo mejor.
Sonríe, viene el verano y por andar alegando todo el día se te va a hacer corto, y ahí va de nuevo el ciclo: que la U, que tu mamá, que los hombres, que el tiempo y los exámenes y tan cortas que fueron las vacaciones.
La solución es reír y quererla.
Quiérete.
Hay mil maneras de sentirse bien.
He descubierto, en mi esencia masoquista, que la mejor es cuando me duelen de los pies, me pesan los brazos, tengo rojos los ojos por dormir poco, me molesta la espalda por cargar cosas, no obstante todavía me puedo reír.
Ser explotada por más de 12 horas de trabajo un día sábado, con una paga de $500 pesos la hora es nada, porque mi árbol de navidad quedó realmente ¡hermoso!.
Estaban sentados unos puestos más adelante del mío, en esos asientos de la micro que van al revés, entonces yo los observaba.
Me gusta averiguar de qué habla la gente, qué hacen arriba de la 507, para dónde van, cuando se bajarán, su vida familiar, hace cuanto tiempo compraron sus zapatillas y un millar de cosas más que a nadie suelen interesar.
Parecía que hablaban de música, de hecho uno de ellos tenía una guitarra afirmada fuertemente con sus manos, mientras el micrero poco se apiadaba de la gente que no iba sentada o ni aferrada de nada; algunas mímicas como de estar tocando la batería me hacían pensar que hablaban de música. Sí, definitivamente eso hacían.
Uno de ellos era hasta bonito, el que llevaba la guitarra, quizás era por eso que me fijé en él, los otros dos no estaban mal, pero ¿tendrían más años que yo?. No, no creo, quizás habían dado la PSU hace poco, ¡¿qué me pasa?! estoy muy vieja para andar encontrando "bonitos" a los "niños" que se suben a la micro.
De todas maneras los seguí observando, uno era bien desteñido y le hablaba y hablaba a su compañero, hacía gestos con las manos, qué se yo que le decía en ese momento.
Hasta que hablaban del calor, lo deduje porque uno hizo un gesto para que el rubio abriera más la ventana y éste se paró y la ventana no corrió. Luego se rió y algo le dijo a su compañero, algo que no necesité escuchar para reírme también al poco rato.
El rubio registra su mochila y saca algo que primero juzgué como una varilla, pero el loco la abre, sí, la abre y lo siguiente que hizo fue hechares viento con ese lindo e inesperado abanico.
Tengo algo para escribir, pero no sé si quiero contarles.
Es uno de los fenómenos de amor que más me impacta.
Más que esa pareja que no puede dejar de mirarse en la micro, más que unos niños de 10 años dándose un beso en la mejilla y poniéndose colorados, más aún, que la obsesión obsesivamente obsesiva que alguien ha sentido dentro suyo, más que una pareja de abuelitos caminando por la plaza y tirándole migas a las palomas mirándose como si fuera la ultima vez, más que unos jóvenes recién saliendo de la Iglesia mientras los llenan de arroz, me ha llamado la atención más que una lágrima, que un perdón y que un abrazo eterno de amor.
Porque no es posible no sentir otra cosa que eso, en el aire mientras caminabas al banco el sábado para donar plata a la Teletón, porque no se puede negar que todos sonríen, que todos lloran, que todos se impactan una y otra vez con las historias, con las verdades, con los 2 mil millones que esos sujetos dieron con fines populistas, buenos, interesados, desinteresados, no importa, están ahí para la Teletón.
Es imposible no mirar positivamente el mundo en esos días.
Es amor. Es amar.
¿Cómo no se aburre?
O sea, pasa todo el día ahí, mirando como todos giran a su alrededor y viven en función de él, los mismos de siempre. A uno que otro le ha quitado importancia, por no merecer de su espacio, de su sistema de vida, de sus reglas.
Es rutinario, de todas formas tiene demasiada fuerza de atracción. Todos caemos en la tentación de observarlo, de reojo, porque al hacerlo fijamente por mucho rato nos ponemos colorados.
Es apasionado, o por lo menos da abrazos calurosos, me suda la frente y algunas cosas más por su culpa. También me desespera y me ha sacado de quicio en más de una ocasión. Pero nunca, nunca jamás, me había hartado de sentirlo cerca, aunque fuera por un poquito cada día. Hasta hace poco que me cansé, o rendí.
Se vuelve un poco adictivo quizás, una obsesión constante, podría no tenerlo, y pasarlo bien de todas formas, vivir sin él, pero ¡maldición!, se extraña demasiado su presencia, su calor, su constancia, su fuerza.
A pesar de todo lo que lo necesito, lo odio.
En el verano se pone muy fresco, las toca a todas, ¡enteras!, a algunas más que a mi. Lo cuál me parece injusto, tanto tiempo que dedico haciéndole compañía por las tardes, para que me cambie por el primer colalés de la playa.
Igual, aunque lo extrañe, lo he ignorado por los últimos diez días, dejando que no me afecte, intentando disfrutar de su presencia, pero sin acercarme, sin que me importe con quienes está ahora.
Ya te miré. Miré al sol y me cegué, ahora miro la luna.
Sí, su simple reflejo, su fantasma, la huella de si mismo, la que deja todas las noches. Pero abro la ventana para que entre y dejo las cortinas media abiertas para que me vea cuando quiera regresa.
Aunque, a decir verdad, es grato pasar más tiempo debajo de un árbol tomando jugo de frutilla que sufriendo por su capacidad de absorción. Tanto calor seca hasta las lágrimas.
Pd: Tengan cuidado, usen factor 60 si es necesario, igual en verano, él volverá a no tener piedad.
De ojos verdes y un metro sesenta y cuatro más o menos.
Ingeniera.
Bella sonrisa.
Dulce, malgenio,
feliz, tranquila,
pacífica, ruda con las palabras y suspicaz.
Es madre e hija ejemplar a la vez.
Coeficiente intelectual elevado. Bastante.
De pocos amigos.
Celosa, aunque en silencio. De tal palo tal astilla, una de sus hijas es igual.
Risueña, y menos mal, porque tiene una sonrisa que irradia amor, alegría y confianza, de un chiste a la vez.
Buena con los trabajos manuales, es su pasión escondida. He aquí el pequeño sesgo de frustración, haber sido arquitecta.
Fuerte, fuerte y fuerte. Decirlo una sola vez no habría bastado.
Ella, mi mamá.
- No me acuesto sin cerrar las puertas del closet
- No me voy a la cama sin quitarme el maquillaje (si es que me puse)
- No puedo dormir con jeans
- No puedo dormir tranquila si no tengo una almohada en mi cabeza y un cojín para abrazar.
- No paso la noche sin, en algún momento, sacar mi pie entre las sábanas, dejarlo colgar y, a veces, moverlo nerviosamente.
- No puedo evitar pensar en demasiadas cosas mientras miro al vacío con mi cabeza en la almohada. Es como si despertaran todas mis neuronas cuando mi cuerpo sólo quiere dormir.
- No puedo comenzar a hundirme en mis sueños sin antes soñar despierta.
- No me voy a la cama sin antes revisar mi mail.
- No puedo meterme a la cama sin antes tirar al suelo todo lo que haya sobre ésta.
- No me quedo dormida sin antes ver los rayos de luz que pasan por entre las cortinas y se dibujan en mi techo.
- No puedo cerrar los ojos sin antes haber notado que la luz de la calle se prende y se apaga a su placer.
- No puedo acostarme sin estar convencida que perdí el tiempo haciendo cosas innesesarias y demasiado tarde.
Llega un punto en la historia en que las cosas que parecían imprescindibles, no se utilizan más.
Cuando esto ocurre, es porque sencillamente dejaron de ser necesarias.
Tomé el cuadernito, arranqué dos hojas y las tiré a la basura como si nada.
Mientras nadie me veía, las leí. Recordé el momento en que pasé el lápiz por ellas, y ya no me importó.
Si ya les dije antes. Decidí dejar de correr, ahora camino.
Lo mejor es que camino con un vestido floreado y unas patas negras y sonrio más que nunca.
Correr
correr
correr y
correr.
Así he andando el último tiempo, casi mi vida entera la verdad.
Floja como siempre, pero huyendo.
¿De qué?
No tengo idea, pero yo no más corro.
Ya no.
Me quedé y lo mejor de todo fue que me gustó.
Desde ahora en adelante me quedo, pero hare todo lo posible por irme.
pd1: Quiero vivir en una isla tropical ¡AHORA!
pd2: con internet
Una guitarra que grita en los oídos.
El escenario, las luces y el público.
"Sí, el increíble público que se mueve al compás de mis dedos en las cuerdas.
El ritmo.
So long, it was so long ago, but I've still got the blues for you...
Suave...
Casi logro ver a la distancia las luciérnagas de fuego que sostienen ellos entre las manos. Aún se mueven de izquierda a derecha.
Cantan el coro.
Estoy casi gritando, les grito con pasión, con el calor de la música.
Toco el solo.
So long, it was so long ago...
Mi compañera, mi amante, mi verdugo, mi perdón.
Mi odio, mi ira, mi pasión.
Mi único amor, mi abrazo, mi paz.
Entre los aplausos del público abro los ojos; pasé de un concierto de rock a una presentación mediocre en un mall.
Escogí un traje que me quedara grande para no sentir la maldita presión social en mi cuello"
Lleva traje, zapatos y no corbata.
Yo no lo he visto sobre su moto, ni con polera negra ni con un pañuelo en la cabeza, tampoco tengo claro que talla serán sus bototos gruesos; no, pues no lo he visto así; aunque así lo veo ahora.
- Papá, ¿cómo se llama la canción?
- Still got the blues de Gary Moore.
Hay veces en que las cosas se escapan de las manos.
Muchas cosas...
Cosas como la culpa, cuando no tiene culpables.
Cosas como el daño, cuando no tiene victimario.
Cosas como la muerte... como el fin.
Molesta no saber que decir ¿cierto?.
Me molesta demasiado no entender.
- Mamá sabi que me corté el dedo, y parece que se me infectó. ¿Hay alcohol?
- No
- ¿qué hago?
- ¿Te lo corto? ¿O esperamos a que te de gangrena?
Siempre ha sido así y yo sólo me río. Bueno no me reí cuando me diagnosticaron Mononucleosis y estuve dos semanas en cama.
Honestamente en el justo momento me dio lo mismo, estaba muy chica, no sabía que si te enfermas muy grande de mononucleosis te puedes hasta morir.
Miento, igual me da risa; a nadie le da la "enfermedad del beso" a los 12.
Como sea, si mi Madre de verdad me hubiera cortado todo lo que me duele,hace tiempo ya que no quedaría nada de mí.
Por otro lado le agradezco.
Agradezco no tener que gritar "Mamá" cada vez que sangro.
Agradezco no pedir ayuda llorando.
Agradezco tener carácter, para su desgracia más fuerte que el de ella.
Agradezco que no me convertiré en esas madres que corren a socorrer a sus "bebés" apenas hace pío.
¡Qué insoportable!
Déjenlos tocar el piso con la nariz, escalar árboles, comer tierra, irse de la casa a vivir con los amigos o la polola o simplemente que la caguen y la recaguen.
Total, en algún momento tienen, tenemos mejor dicho, que dejar de tropezar con la misma piedra.
Agradezco haber aprendido a dar las gracias por esto.
Mi Má lleva días estudiando. Pasa pegada al computador leyendo cosas y haciendo pruebas de tres horas en línea.
Le hice un comentario a mi hermana, es más chica, entre medio en broma y molestando a mi vieja.
- ¿Sabi qué? La Mamá se va a volver loca.
Me responde con la mayor naturalidad del mundo y mirándome a la cara como pensando "¡aaay! Naty que eres tonta como no te habías dado cuenta"
- Ya es...
Lo mejor del domingo es que no me tengo que poner ni zapatos, ni sostenes.
Pensando, pensando, pensando...
Podría pasar horas mirando al vacío moviendo mi pierna nerviosamente de manera inconsciente. Buscando la respuesta, esperando comprender por qué las cosas no mejoran.
Siendo que un minuto que dedicase a hacer algo al respecto, sería la forma más efectiva para comenzar a arregarlo.
I can't take my mind of you... (The Blower's Daughter - Damien Rice)
Todas las cosas suelen durar menos de lo que uno normalmente espera. Me he dado cuenta que entre más son las ganas que pones al tomarlas, más fácil se resbalan entre los dedos.
Mil y una opción se presentan, pero siempre el pensamiento deriva a lo mismo. La mente divaga en ello una y otra vez, sudan las manos y tiritan los labios cuando lo recuerdas.
Es realmente terrible no poder enfocar las actividades del día en otra cosa que no sea aquello. Es enfermizo.
De todas maneras encuentras como suplirlo, como revolcarte en otros pensamientos que te distraigan, pero no, no es lo mismo. Tú sólo quieres aquello.
Si no fuera porque no tenía la plata suficiente, yo me habría podido comer dos Italianos al almuerzo y no andaría pensando en palta ahora.
Hace demasiado tiempo que no lo sentía.
Gritar locamente entonando una canción que me aprendí hace un año en un bus con dirección a una tarde ebria en la playa.
Para que fuera el otro día y cruzara los dedos implorando no salir en las noticias, o en Con-tac-to (tono de voz grave y seria).
Pero no, de hecho las tomas de cámara fueron para mis amigos de bus, de sala y de algunas historias casi viejas, con unos wiros en la cabeza saliendo del mar.
El punto es que ahí me vi, con las ampollas en los pies que me salieron el otro día, por andar creyendo que uno es mas libre por sacarse los zapatos. Y me vi, cantando abrazada con unos amigos que me quieren, otros que fueron mis amigos por la noche y otros que no saludaré el lunes.
Que rico es sentir que quieres hacer algo por cambiar las cosas.
Changes - David Bowie
Quiero escapar
Quiero correr
Quiero vivir
Quiero morir un día, pensando en lo afortunada que fui, que soy.
Quiero reír
Quiero escribir algo alegre
Quiero saber pintar como Degas
Quiero besar, abrazar y acariciar. Todo al mismo tiempo
Quiero gritar
Quiero correr, saltar y bailar.
Quiero amar mientras odio.
Quiero sufrir mientras amo.
Quiero odiar mientras olvido
Quiero leer un libro y terminarlo
Quiero viajar
Quiero recordar en silencio mientras lo niego
Quiero querer mientras quiero
Quiero soñar
Quiero tantas cosas que no encuentro
Quiero saber buscar
Quiero sonreír y observar
Quiero respirar
Quiero subir un cerro y sentir que el mundo es mio
Quiero decirle que no al cigarro
Quiero decirle que no a muchas cosas...
Quiero llorar para nunca más hacerlo
Quiero dejar de esperar
Quiero tener
Quiero dar
Quiero fuego, guitarra, amigos, consuelo y un apoyo
Los quise, quiero y querré tanto por siempre.
Quiero darme una ducha caliente y dejar de pensar en lo que quiero.
Era el último.
El encendedor que siempre guarda en el bolsillo izquierdo se le había perdido.
- ¡Puta! ya perdí la huea, lo voy a marcar - Se dice, como convenciéndose que al ponerle el nombre volvería a sus jeans por arte de magia.
Pide fuego.
Se sienta en las escaleras y se pone a esperar. No espera a nadie realmente, pero ahí no más espera.
Cuenta los segundos, mira su reloj, piensa en lo fome qué es ser paloma y lo terrible que debe ser perro en invierno, menos mal que ya es primavera.
Mientras mueve su pierna nerviosamente sin estarlo, ella tirita, pero porque tiene un muy mal pulso, y después de un suspiro de nicotina y muerte empieza a hacerlo aún más.
Así disfruta el disfrute de disfrutar mientras espera que se consuma su tiempo y el cigarrillo.
Se para. Lo tira al suelo y lo mira con lástima. De una suave pisada lo apaga y decide vivir.
- ¡Ya! Mañana lo dejo.
Entre los quince y los treinta y tantos, a veces más a veces menos. Se define por la necesidad de vivir. Sentir pasión, por lujuria, sexo, risas, amigos, secretos, mentiras, disculpas, escándalos, paciencia, nostalgia, llanto. Una etapa de infinito caos.
De los cincuenta para adelante, a veces más a veces menos. Una vez que lograste aguantar con el mismo colchón hundido durante años sin que te duela más la espalda. Se define con respeto, cariño; sí, también pasión. Sonrisas, paz, tranquilidad, compañía, miradas, gestos, complicidad. Son las palabras justas, ni más ni menos, pero con caricias de sobra las que se recuerdan.
¿Cincuenta menos veinte? Con treinta más que dure el caos, a veces más a veces menos. Para amar algún día que no sea hoy. No menos, pero sí mas.
Me alegaban desde abajo. Me gritaban a todo pulmón mirando hacia arriba, que los dejara ir por las calles sin ayuda de nada. Me pedían, me suplicaban y me imploraban.
Después de unos minutos, enloquecí. Me dolían mucho las uñas como para no tomar una decisión.
Así que me saqué las chalas no más, y caminé con cuidado sobre el cemento tibio hasta mi casa.
¿Si alguien se fijó? No sé. Pero seguramente me miraron con envidia.
Te encontré entre mi desorden, justamente cuando mi vida estaba más desordenada.
No sé desde que momento me dio por ti; por deslizarte entre mis dedos, por mirarte mientras ordeno la lluvia de ideas que termina en una tormenta de risas y música.
Me cautivaste con tu suavidad y aún me sorprendes con los delicados detalles que dejas tras de ti en cada momento, en cada segundo que pasa y sin perder el hilo.
Dejas huellas en mi piel, de esas que no son tan fáciles de quitar con agua.
Las lágrimas que más de una vez he derramado contigo han hecho que parte de ti se difumine junto con mis secretos.
Desde que te encontré me di cuenta lo mucho que te había extrañado. Gracias por poner color a mi vida, gracias por armarte de paciencia, gracias por guardarte antes de que yo diga nada, y estar dispuesto a decir lo que a mi no me sale por la garganta; gracias por dejar las huellas de mi pasado en esas hojas amarillas que espero queden ahí hasta que mis tatartataranietos las lean.
Si no fuera por ti, nada de lo que anteriormente se ha leído podría estar aquí hoy.
Para mi lápiz de incondicional tinta verde que un día me tentó en una tienda y que seguramente le queda menos de dos meses de vida, uno quizás después de esto.
Por ti y para ti esto que he escrito hoy.
Con amor, tu dueña.