Me conmueve ese hermano grande en la micro riéndose y conversando con su hermana pequeña. Ella tiene un audífono, y aunque a él no se lo vi puesto, creo que también era sordomudo. Se ríen, se aman.
Me conmueve ver muertes de otros en la televisión, aunque sean mentira, podrían haber sido verdad.
Me conmueve cuando mis amigos me quieren tal como soy, más allá de mis ataques y mi locura; me conmueve el perdón de las personas y del cariño que me corresponde.
Me conmueven los comerciales de la Teletón, de hecho solamente escuchar la palabra o ver el símbolo de la campaña me hace sentir hormigueo culposo en mi estómago. Qué buena publicidad que ha hecho Don Francisco.
Me conmueve ver a la gente intentándolo, aunque no le resulte, aunque no le quede el poncho y se lo quieren poner igual.
Y me conmueve cuando me siento feliz.
porque me encanta me encanta pero me encanta escribir.
meencantaescribirmeencantaporqueesdemasiadoentretenido y problamenentetengoletrascurzadasporquesoymediadislexicaparaescribirypero tambienlosoyparaleer me cuesta notenerqueponerespacios, como quedeberiadesactivaresataclaprahacerlomasentretenido o no q u e c r e e n l o s d e m ´a s j a j a j a j a j a j a j a j a
Amo a maturana desde hoy, DIJE.
Mi perro se comió la tarea.
Era dieta, hasta la triple porción de almuerzo...
Vamos que se puede.
A veces extraño escribir, pero supongo que tengo a quién decirle las cosas.
¿No tendré nada más que decir?
IMPOSIBLE, siempre hay alguna tontera que compartir... o que quiero compartir con la red, aunque nadie lo lea. Filo.
Pase como una hora hablando imbecilidades con las de la U. Que manera de cagarme de la risa. Es grato poder hablarle a alguien que ya no me miraba, sin sentirme una hija de puta y pensar que dentro de su gran corazón me perdonó. Yo ya no podía hacer nada.
Es raro también como al final otro amigo se alejó con el tiempo. Se dio la razón de muchas situaciones que se tenían que arreglar solas. En realidad, yo sabía cómo eran las cosas, pero ya estaban los dados tirados no podía hacer nada más.
También me agrada tener ramos interesantes.
Y darme cuenta que la universidad es un sistema en el que te quieren crear a ser como ellos quieren que seas. Y que no es una weá que te cambien la manera de pensar, pero en la que si te sientes identificado por esto y lo otro, y paf te atrapan y te quieren adentro por ser como eres y hacer que seas más así como a ellos les gusta que seas. Y que la dominación finalmente se hace de la diferencia, que toda esa cuestión de la democracía es una manera de gobernar un poco menos cara de raja que otras.
Ahora entiendo a que se refería mi profe del preu de la cato cuando me decía que el apoyaría a una monarquía, al final tenía un pensamiento crítico tan desarrollado a todo lo oculto que a los 17 era incapaz de ver. Ni cagando quiero un rey, pro entiendo lo que quería decir...
Tengo que hacer dos trabajos y me da una lata enorme, de hecho creo que no escribí con mi toque personal, sólo vomité ideas fuera de entrenamiento...
Hoy volví a tener miedo.
Lloré, muy poco, pero tenía una bola de miedo.
Me acordé que sana no estoy,
que se me olvidó pagar el psicólogo
y que tengo que tomarme los calcios a las horas y hoy día en especial un sobre.
Menos mal que tengo a quienes recurrir.
Menos mal que te amo,
menos mal que eres mi mejor amiga,
menos mal que recordé que tenía donde descargar.
Tengo miedo de hacer sufrir a la gente.
Por eso pasé mucho tiempo guardándome las cosas y enfrentándolas sola.
Pero esta vez es una cosa rara, no quiero dañarte y siento que seré yo quien lo haga esta vez. Porque a mí ya me tocó.
Es el correcto, porque ha dicho cosas que yo esperé escuchar de alguien.
Sí, como aquello que siempre le he dicho a mis amigas cuando tienen miedo.
Es mejor estar enamorada que no haber sentido nada, porque aunque sufras después lo que sentiste no te lo quita nada. Solo el orgullo rancio podría borrarlo, pero cuando el orgullo le gana al amor, el amor que sentías era una mierda.
Hubo una cascada de situaciones hasta hoy que han reafirmado una y otra vez mi decisión. Porque tengo buen ojo, señores. Sólo que anteriormente no se daban las circunstancias o era un saco de pelotas no más. Ahora no fue ni saco de papas ni tampoco fue un mal momento.
Lo amo.
Sí, creo que te amo.
Es verdad que no éramos lo que esperábamos, porque dentro de esta cabeza soñadora esperé siempre por un hombre que me rescatara de la torre en llamas custodiada por un monstruo gigante. Y por tu parte pensabas esperar a la princesa perfecta e ingenua que yo no soy.
Pero es más cierto aún que llegaste en uno de los peores momentos de mi vida, cuando más miedo he tenido de seguir adelante, cuando creía que en realidad pocas cosas valían la pena. Y aunque te faltó un corcel blanco, me has entregado más de lo que esperaba recibir de ti.
He aprendido a cuidarme, a ser sincera no sólo contigo, sino que conmigo y con las personas que quiero. Aprendí a decir lo que me pasa, no sólo lo que pienso. Aprendí a hacer cariño y a querer a las personas con algo más que frases cariñosas, con gestos. Recordé lo importante que era no rendirse a la primera o segunda y lo necesario que es creer en uno mismo.
Es tanto lo que siento adentro que incluso al intentar escribirlo y decirlo en palabras me es imposible, los ojos me lagrimean igual que la primera vez que lo dijimos. Porque recuerdo que esa primera vez del "Te amo", ni siquiera lo dije, lo modulé y sentí un calor inmenso recorrerme entera, que las piernas me tiritaban y que nunca en mi vida había estado tan expuesta, pero no tenía miedo.
Me ha costado trabajo entender mis defectos, como a ti los tuyos. Es difícil hacer que las cosas funcionen cuando vemos que el resto del edificio se derrumba a pedazos. Pero estamos juntos en esto y si en algún momento te cansas yo te llevaré agua, comida, calor y amor para que sigas caminando. No sé por qué nos afecta tanto seguir, si para muchos es la vida y es lo que hay que hacer. Yo creo que es porque nos da miedo dejar atrás lo que tenemos ahora, porque puede empeorar.
Pero a pesar de todo, de los miedos, de la mierda y la mala suerte. De las pocas ganas de enfrentar lo que no se hizo, lo que hicimos mal. Estamos juntos y no veo futuro cercano sin ti. (El lejano no lo veo ni conmigo)
Por eso creo que te amo, porque Te amo.
Sea triste o alegre es siempre mejor que antes, porque la pena queda en cada palabra que pasa por mis dedos y porque poco a poco las lágrimas se van secando en el papel.
Y me siento un poco mejor.
No sé en qué momento comenzaron a caer los ladrillos entre nosotros. Uno sobre otro se fueron montando, mientras caminábamos por Salvador.
Las calles estaban oscuras y las luces de los autos nos daban un color tétrico y triste. ¿O era que estábamos tétricos y tristes?
En un momento miré hacia el lado y el muro era tan grueso que ni tu mano podía buscar para tocarla. Yo me apoyé en él e intenté escuchar tu corazón pero no latía, estaba aplastado por mi vergüenza.
De pronto entre mis esfuerzos por gritarte que te quiero me abriste una ventanita, pequeña, de cárcel y dejaste pasar la luz de mi sonrisa que me devolviste con una triste mueca.
Derrumbarlo, sí... ¿pero cómo?.
Quiero despertar y enconrtarme con tu mirada impregnada de mi.
Me hace tanto bien hablar contigo. Sobretodo cuando en esas conversaciones eres más mi amiga que mi mamá. Sé que alego que no seas tan loca como son las demás, pero en el fondo es la mejor forma en la que podrías ser, así como amiga que me escucha y que sabe más y una mamá porque a pesar de mi llanto, mi rabia y mi miedo, me dices que tú estás ahí, que no soy lo que botó la ola y que en realidad tengo que encontrar la respuesta en mi.
Sólo yo puedo saber.
Te quiero mamá.
Te quiero a ti también por decirme que hablara con ella.
Me quiero a mi por cumplir mi promesa y no defraudarme más.
Todo pasaba demasiado lento, el aire era denso y la gente parecía no preocuparse por nada.
Era necesario un arranque, un aviso de bomba, quizás, o simplemente un corte de luz. Algo, algo que hiciese distinto ese momento de otros. Pero todo era igual.
La ropa es la misma. La gente. La comida. Los olores. La música. Todo idéntico.
Quiero irme. Quiero correr. Me ahogo.
Ha llegado a ese punto, en donde no puedo ni reconocer qué es lo que me asfixia. No quiero que siga así, quiero mejorar, quiero sentir ganas, GANAS DE ALGO, cualquier cosa.
Paja. Todo me da paja. Ni siquiera tengo la fuerza suficiente para salir corriendo o simplemente decir que me quiero ir.
¿Por qué? ¿Qué es lo que está pasando ahora que lo hace diferente?
No sé. Si supiera lo intentaría arreglar pero no sé. Sólo quiero saber para poder estar mejor.
No fue la invitación a almorzar.
Tampoco que te preocuparas de cómo estoy.
No fue caminar juntos mucho rato
o que me mires con esos ojos.
Lo más lindo no tiene que ver con esa pregunta que había esperado desde que veo películas de Disney
ni mucho menos que me ofrecías tu chaqueta sabiendo que tenías más frío que yo.
Todo eso era lindo, pero...
Lo más lindo fue saber que pediste que yo fuera feliz.
Te quiero mucho.
Es cursi, sí, es cursi y suena cursi porque después de todo, yo soy una cursi cualquiera.
Pero no tan cualquiera para ti.
Ahí esta la diferencia.
Cómo creíste que hablaba de otro, cómo podría... No, no ahora, para qué. Sí... podría de lindos recuerdos o malos, por qué no, si de esos no me faltan. Pero denominarlo a ese aquel como la mano que rescata a Frodo del pozo, nunca. No podría ser alguien más que yo.
Yo soy la única persona que me puede salvar. Porque sólo necesito volver a querer que las cosas funcionen. Querer de querer algo, no de querer amando. Además que ya te quiero lo suficiente como para no equivocarme más. Lo sé.
No me acuerdo que fue lo que dije, la razón por la que abrí el blog. No te había dicho pero hago eso muy a menudo, publicar algo que dije en algún momento como una reflexión pura e inmediata, porque me gusta eso de mi, esa frescura metafórica al peo.
Aunque tú no me entiendas cuando hablo así. Pronto deberías entender.
Sí, está en "creer". Esa es la magia de la vida, una persona que no cree no puede estar viva. Eso me dijo mi Tata, o algo así, a eso se refería claro, a que no puede haber una persona tan tan tan agnóstica que "no crea", por lo menos cree en él mismo. ¿No?
Me pasó antes, sí. Una vez quise tanto que perdoné todo, y ya está perdonado. Nunca voy a odiar a alguien a quién quise. Nunca, es una promesa de por vida. Odiar es malo, pésimo, prefiero sufrir que odiar o guardar rencor, no importa lo que sea... no hay que odiar, el alma no está echa para odiar, así la matas. Te mueres.
Pero es diferente ahora porque "creo en nosotros". Esa es la diferencia, nunca antes había creído en un nosotros, con nadie había hecho un esfuerzo para que funcionara. He querido, sí. Cómo es que quise... Mucho fue lo que quise y no me arrepiento, porque sin esa cualidad de poder querer hasta el infinito no podría haber querido a nadie más después de un fracaso como ese. Querer a alguien más me ayudó, finalmente, a creer en otro. En ti.
"Querer, es poder". Ahora entiendo. Querer a alguien te da el poder para creer en él o querer que las cosas funcionen es hacer que todo salga como debe salir. Los dos pensamos igual y por eso estamos aquí. Dudamos, no por dudar, sino por miedo. Ya no tenemos miedo. Yo no. Por eso funcionó.
Yo creo.
Toc Toc Toc me hizo y no la escuché. Se fue por un tiempo...
Toc Toc Toc, nuevamente. Como era de esperarse yo no me di cuenta por pasar demasiado tiempo quejándome.
Toc Toc Toc de nuevo ya pasados algunos meses, siempre vuelve a intentarlo...
- ¡¿Quién jode?!, le grité y la espanté por un tiempo más.
¡¡PAF PAF PAF!! Agarró a patadas mi puerta, se abrió sola de un golpe. Asustada me acerqué cautelosa, pronto llorando y al rato me arrodillé pidiendo perdón por no haberla escuchado antes, por no darme cuenta que no hay nada por lo que tenga que preocuparme más. Está aquí conmigo.
Sólo existe el amor y las ganas de ser feliz.
¿Por qué hay que aguantar la respiración?
Porque el hipo es un monstruo que te nace dentro y quiere salir. Cuando lo intenta te agarra la garganta y te asfixia poco a poco, para que mueras y se apodere de tu cuerpo...
Por eso hay que asfixiarlo a él primero aguantando la respiración.
Me he sentido como esa escena de "El señor de los anillos" cuando Frodo ya va llegando a las tierras de Mordor (?¿) y se cae a un lago con muertos, y siente como se muere y se va muriendo y derrepente una mano lo agarra de la ropa y lo saca. Pero esa mano es alguien que encontré en junio del año pasado, antes de toda esta mierda de la operación de un tata sobreviviente una mama que llega a la hora del pico proque trabaja todo el día, un grupo de amigas que rápidamente se disuelve, errores y mierda vocacional.
Voy a recuperar a la Natalia que me gustaba tanto ser.
Ver libros en la librería me hace recordar lo mucho y exageradamente que me gusta escribir. No me importa si lo hago mal, lo hago pésimo o increíblemente bien. Me gusta.
Lo que me gusta lo hago.
La vida es simple y retornar a los inicios nunca hace mal a nadie.
La mierda huele como aquella vez que creí que se me acababa el mundo.
Pero logré armar mi edificio de nuevo y ahí esta, ESTABLE.
Sí... ESTABLE y qué? tiene q derrumbarse? por qué DEBERÍA?
Deber, deber deber... JA! deberes.
Yo se quien soy, lo se mejor que nadie y la mierda dejará de oler.
No me harás daño otra vez porque se quien soy y lo que tú no eres.
Ojos azules no llores
no llores ni te enamores.
Llorarás cuando me vaya
cuando remedio ya no haya.
Quiero mi cable a tierra. AYÚDAME, vuelveeee a mi vida, eres como mi Jesús de Nazaret.
No soy ni religiosa, pero doy la otra mejilla, a pesar de que con mi carácter de mierda crean que soy la mierda. Pero la mierda no puede oler..."no hay acabo de mundo camilita" No hay no hay no hay necesidad, porque ni Paris.
Me sorprende que esa canción haya venido a mi cabeza...
Contexto? el de la felicidad misma. La pieza de mi Tata Víctor, su radio, su CD, esta una de mis canciones preferidas, las escuchábamos juntos mientras yo...
Una fuente de avellanas que en el día se recogen y en la noche se desparraman.
No me gustan las avellanas tata, son malas... son como raras.
Siempre me imaginé que serían dulces.
Las estrellas no pueden ser amargas, no?. La vida es amarga. NO POR FAVOR AMARGA LA VIDA.
Mi mundo es más que de un 2x2 y me aconsejan que escriba. Me dice eso porque me quiere porque es una forma de, una forma de, una forma de saber de mi.
Conciencia, inconsciencia. INCONSISTENCIA.
JA! Cuando remedio ya no haya.
http://www.youtube.com/watch?v=BoLZRaM2vfA
Síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! "Música Andina"
Pensar que me la sabía en metalófono, como la canción que ponen en el Jumbo y Greenleavs, qué linda, toqué las dos partituras al mismo tiempo una vez, posible, más que posible, mi papá se la sabía en guitarra. Ojalá nunca hubiera dejado de tocar guitarra.
Sólo me casaría contigo si supieras tocar guitarra.
- Se parece a ti.
- Por qué?
- Porque es blanca, tradicional, canadiense... eres tú, no sé.
- Tradicional? Yo no soy... es que...
- ...
- Quizás soy un poco machista.
Igual quiero escribir un libro, qué más me da que sea malo y sólo lo lea mi abuela.
Cuando las cosas no me funcionan como quiero, no lloro. Yo le sonrío a la vida. Basta de drama, basta de sacrificios al volcán para que HunkaHuga sepa que soy como debo ser. JA!. Basta.
Te quierooo amiga, noo sufras, porque tu mamá está loca y la echas de menos. Amiga, no sufras si para ti siempre voy a estar, aunque no esté todos los días. Cómo te quiero, qué haría sin ti.
Qué haría sin unos dulces fuguelé y un lugar donde ir cuando tengo miedo.
Es lo mejor. Saber que sigo siendo alguien para muchos que sí son para mi.
Sí, a veces siento que no da más y muero todos los días un poco. No tengo a quién decírselo... Mentira, MENTIROSA. Tengo a muchas personas a quién contárselo, pero ha pasado tanto tiempo que cierro la boca y me callo. Me callo para siempre. Me quedo. Llega un momento en que muchas cosas se dicen, pero ya no se dicen con los labios, se dicen con cada acto, cada momento en que muero lo digo. Quién lo escucha, quién lo entiende. ¿A cuántas personas he dañado en mi vida? No quiero esto. No quiero lo otro. Por qué lo hice. Por qué soy así. PORque soy así. Tan inepta, tan dejada, tan silenciosa, tan explosiva, impulsiva, tonta, ridícula, mensa yo... Yo no me importó, siempre me ha sido muy fácil cuidarme sola, pero eso es porque no me cuido. No sé cuidarme, las nueve pastillas al día me matan un poco, todos los días hacen que esté mejor, que no de vida a uno que no quiere vivir, que no me tiriten las manos por falta de algo, que no me quede dormida en todas partes, pero no me ayudan a sentir que no quiero quedarme tirada todo el día durmiendo, a que no me tiriten mas manos cuando pienso cosas y a que cuide que ese otro no venga. El alcohol es una manera de escape... mentira, MENTIROSA. No claro que no, yo no huyo, yo me quedo estoy harta de quedarme aquí siempre, simplemente porque no encuentro la manera de que todo sea mejor. Sí ya está tan bien. Todo es perfecto, la gente es perfecta todos los días, todos cambian, todos aman, todos besan, todos tocan, todos ayudan, todos todo. Todo lo que done es bueno, todo lo que ría es mejor, todo lo que proyecte, lo que cambie, cambiar, cambiamos, CÁMBIAME. Pero no, no es tán fácil. Todos todo, pero no todos perdonan. Lo sé y qué importa no? Sí... cuando me quedo sola me doy cuenta que con los dedos de la mano se cuentan los que nunca me juzgaron. ¿Estás entre esas personas? ¿Quién eres tú?
No soy mala, sólo que no soy perfecta, los errores ocurre y lo quiero te quiero TE QUIERO TE QUIERO. A él lo odio... si tú sabes quién, sabes a quién odio, y ya no lo odio por todo lo que me hizo llorar, no lo odio por sentir que me merezco haber llorado así, no no no, lo odio porque soy igual a él. Soy tan igual a tí, mierda, que cometo los mismos errores que tu. Estúpido nunca te juzgue, no lo juro que no, nisiquiera a ti, después de todo creía que algo podía haber... para... esto. Para todo. Pero yo ni al espejo puedo mirarme. NADA. IMBÉCIL.
Lo importante no radica en él, ni en mi, ni en ti, ni en nadie, ¿es importante? ¿cuán importante es que este muriendome todos los días como una enferma que no quiere seguir con esto?. Sí, señoR SEÑOR tengo mas miedo que la mierda, miedo de mi de todos de todos esos que todo son que todo hacen bien y que todo a cada momento no me perdonan. Miedo mamá miedo abuelos miedo papá miedo a los autos a la carretera a las notas al tiempo perdido a las cosas en vano al momento en que no vivi, qué... si muero eso hago me muero?... Noooooo no me muerooooooo. Soy así
Yo la mongólica, tonta, ridícula, impulsiva, enamoradiza, engrupida, alegre risueña sensible gritona, porque porrazo tras porrazo he sido así pero nunca ha sido mi intención serlo, nunca ha sido mi intención ser nada. INTENCION mierda intención, cómo puedo tenerlaaaa como puedo tenerla nadie creería eso, pero no es suficiente, se que jampas sería suficiente. Pero es así asi soy asi intento ser mejor todos los días por ti, todos los días después de cada pastilla pienso en lo mejor que quiero ser, todos los días que me siento a escribir que leo lo que te digo en serio soy mejor por ti solo por ti pero no puedo ser perfecta porque nunca pensé que cambiaria por ti no por tiiii nunca por alguien. ¿Cuán difícil puede ser querer? es más complicado que la cresta.
No tienen por qué creerme, nadie tiene por qué, qué me importa ya lo que crean, cuando me ha importado, la última vez que me importó casi tiro a la basura lo único de este momento que vale la pena, una mierda cuando te dicen cómo llevar tu vida, terminas haciendo cosas que no quieres, terminas viviendo como la mierda que nunca quisiste ser, no hagas caso deja de escuchar consejos de personas a quién jamas jamas jamas se los pediste, por qué ¿yo soy así? digo lo que hay q decir cuando tengo q decirlo, ni antes ni menos después, si el momento no fue no fue mala suerte, se me olvida, no se te va a olvidar nunca por la cresta, cuán difícil puede ser.
CUAN CUAN CUAN CUAANTO MAS... no más.
Son las seis de la tarde en un día de semana, uno cualquiera, de lunes a viernes. Los colores en el cielo empiezan a cambiar, no sólo el atardecer otoñal se aproxima, también el comienzo de la hora pick. El tráfico es cada vez más molesto, los conductores están molestos, los que esperan en las esquinas el monito verde están molestos, incluso el rojo del semáforo con su incandescencia parece estar molesto y el cielo gris del cielo no parece mostrarnos un panorama mejor. Es la hora de una piedra en el zapato.
El aire aún es tibio y aunque no hace frío el ambiente ya tiene su color otoñal. Se ven manchas amarillas en las veredas, huele diferente, es todo más húmedo de lo normal y los árboles se tambalean con el suave soplar del viento. Pero nadie en los autos lo nota, nadie ensimismado en su mp3 se da cuenta, nadie vive su ciudad.
El Museo de Bellas Artes es imponente, más que cualquier taco, más que las personas apuradas, más incluso que el mismo Parque Forestal. Ahí está, como un gigante que contrasta con las nubes amenazantes de lluvia temprana. Un gigante que nadie ve, que a nadie sorprende con su extraordinaria altura, belleza, historia. Está solitario entre tanta hora pick, entre el tumulto de almas molestas por la hora, por el frío, por el tráfico y por el “paco” de la esquina que da indicaciones que nunca ayudan, solo demoran su llegada a casa.
El vendedor de dulces Suny se pasea con constancia, una y otra vez, en cada luz roja pasa sin ser visto por cada mirada impaciente de los conductores esperando que la luz del semáforo los acerque unos segundos más, un par de metros más cerca a su hogar con su verde esperanzador.
En las veredas la gente camina corriendo. Nadie mira a su alrededor, nadie es cociente de la belleza de un atardecer en la ciudad, de los matices, de los colores, de las personas que caminan junto a ellos. No observan un parque forestal atestado de enormes árboles donde incluso una Araucaria se puede ver desde la vereda del frente. A ninguno parece importarle lo lindo que es Santiago.
Los bocinazos y los pitazos del carabinero resuenen en la densidad del ambiente al que nadie presta atención, ruidos de camiones, los gritos del vendedor de Superocho y parejas de personajes que conversan mientras salen del museo o cruzan la calle. Es como si el ruido se fuera al vacio, como si no existiera, hace recordar esa pregunta que dice, “Si un árbol se cae en el bosque y nadie lo ve jamás, ¿el árbol se cayó realmente?”.
Eso pasa, es como si los momentos no existieran, están muertos, no porque los maten con críticas o malos pensamientos, sino porque no alcanzan a nacer en la mirada de algún observador. Las luces destellantes no son, la ciudad activa como una jungla que tiene algo que decir, no es. Las personas estresadas que piensan en cómo mejorar el mundo, no existen detrás de la molesta hora pick. Sólo hay bullicio silencioso sin una razón de ser.
Sólo un par de personas entre tanta multitud de zombis parece existir. Se sentaron a descansar sin darse cuenta que con su pausa en el tiempo generan un momento de realidad dentro de tanta superposición de eventos sin atender. Bajaron por las largas escaleras del museo y se sentaron en las bancas que lo rodean a conversar, a hacer silencios y observar. Saben lo que pasa a su alrededor en ese momento, son consientes de la ciudad.
Sólo dos personas entre tantas otras que están en los cuarenta autos que pasan por cada semáforo en verde, entre las treinta personas que a simple vista parecen pasearse por las veredas cada vez que la luz cambia de color, sólo dos de todas esas deciden parar un momento para mirar qué es lo que pasa ahí, en su vida, en la de todos los demás.
Ven la impetuosidad del Bellas Artes, la Araucaria en la vereda del frente, las caras molestas de los conductores y las manchas luminosas que contrastan entre tanto gris. A lo lejos el carabinero que dirige en tránsito no encaja con el malabarista que aprovecha cada señal de detención para comenzar su frustrado intento de sorprender a las personas con su increíble coordinación entre el baile de las clavas y el dominio de una pelota de fútbol.
No consigue sonrisas ni los aplausos que cualquier artista merece, sino que una estirada mano que le entrega cien pesos, más que por el goce es más buen por la responsabilidad solidaria del chileno, caridad hastiada.
El cielo cambia de pronto su tono grisáceo a un azul marino y el anochecer amenaza con llegar rápidamente. Los autos siguen en su lento andar y las personas en su caminar de maratón. Las dos excepciones a la regla comentan que se pone helado y deciden emprender su marcha.
Desde el otro lado un joven activo reparte el programa cultural del mes de mayo, pide un aporte voluntario para sustentar las impresiones y probablemente su pasaje de la micro. Él también camina rápido, porque quiere llegar a su casa, al calor de una cama con guatero o un programa de televisión aburrido. Quizás tiene que estudiar o terminar un trabajo, pero es claro que quiere dejar lo que está haciendo para sentarse en un lugar a descansar.
Otra pareja de amigas se sienta en una banca más allá. Se fuman un cigarro y crean con su momento otro espacio de existencia a su alrededor. No se ven apuradas, no parecen estar preocupadas por el tiempo, por al tráfico ni por las caras de molestia de todos a su alrededor. Pero tan pronto cae la última ceniza de la colilla, se van. Con la misma calma con la que llegaron.
Otro bocinazo que no distrae a nadie más que al vendedor de Superocho que corre apresurado para vender lo suyo. Camina a paso rutinario, de esquina a esquina, a lo largo y a lo ancho vendiendo, esperando en llegar con algo más a su casa. Porque él también tiene cara de querer irse pronto.
En lo alto ya no quedan rastros ni de azul ni de gris porque la oscuridad lo abarca todo menos las calles iluminadas por los faroles y automóviles. Hace más frío y la señora de pelo corto y piernas cansadas por los tacos, pero no menos apresuradas, se pone la chaqueta del traje de dos piezas que lleva puesto.
Camina al metro, con un bolso grande que además de voluptuoso se ve pesado. En la estación de Bellas Artes, baja por las escaleras que la conducen al adiós de la ciudad en un anochecer cualquiera. Le da la espalda a lo lindo que es Santiago al igual que todos los demás que se sumergen para irse a sus casas de una buena vez.
"Decididamente es decidida. Analiza siempre sus opciones una por una, aunque siempre tiene absolutamente claro que es lo que quiere y cómo lo quiere. Detrás de una estatura ocho centímetros mayor a la del promedio chileno se esconde el sentido práctico en su máxima expresión. Nada de complicaciones y ni desvaríos que alteren de alguna manera su forma de vivir, a ratos un poco holgazana. No se molesta por pequeñeces ni se preocupa a no ser que la cosa sea de vida o muerte. Su tranquilidad tiene un precio muy alto y pocas cosas pueden pagarla.
Siempre mueve su pierna, eternamente, con nervio y con la misma lealtad con que mueve su extremidad es amiga de sus amigos, estando siempre presente, prestando oreja, cabeza y corazón para cada uno de ellos cuando la necesitan. No teme en recibirte en su casa y darte una taza de té cuando las cosas no están saliendo como pensaste. No juzga y a veces dice cosas que se quedan en la cabeza por semanas enteras, como una verdad a la que tiene quieres aferrar o como algo que no quiere ver.
A su pelo crespo y largo junto con una trenza veraniega de la cual aún no se despoja, lo amarra preferentemente con una media cola denotando que difícilmente se influencia por las modas que hablan de lo maravilloso del pelo liso. Más bien a ratos las desprecia alegando que uniforman a la gente y que le quitan personalidad. Busca la originalidad en todo y la cuida como si en eso se le fuera la vida.
Últimamente anda hablando que está pasada en el peso y que para eso usará una famosa dieta, la cual su mejor amiga también usó. Este régimen la tendrá alejada de los carbohidratos por un mes y honestamente, creo que es absolutamente innecesario: yo la encuentro regia. Además dudo mucho que pueda estar lejos del pan o del arroz por más de una semana.
No teme demasiado, cree que la vida está hecha para vivirla. Eso si, tiene terror de sentir que no ha vivido lo suficiente, que no dio todo lo que tenía. No es mentira que quiere hacernos creer que es fuerte y que todo pasa sin afectarle aunque llore con los comerciales de la Teletón. Y en ese intento por ser fuerte, a veces se enreda y cree que siente menos, que es menos frágil aunque eso no sea verdad.
Su forma de vestir es un reflejo de su espíritu relajado. La regla de oro es la comodidad y por eso mismo difícilmente se desprende de sus zapatillas, de jeans o polerones, aunque para ocasiones formales sueña con usar trapos aleopardados y ajustados que dejen al descubierto su anatomía.
Es raro verla sin aros. Y más rato aún verla con anillos. Odia las famosas perlas que actualmente se usan como aros, lo de ella es “mientas más artesanal, más le gusta”. Si esos aros tienen coquitos, raíces, escamas y cualquier desecho orgánico es un deleite para ella.
Dice que se metió a esta carrera con la única expectativa de poder viajar y sacar fotos. No le interesa salir en las noticias, no quiere ser famosa, no quiere ganar plata. Quiere ser feliz y lo tiene tan claro que a veces asusta porque no son decisiones fáciles las que se han de tomar para lograrlo. Pero ella las toma y lo va a lograr".
by Fran.
Si se para frente a mí lo primero que descubro es su boca roja, no solamente porque es muy carnosa y llamativa sino porque le gusta conversar. Siempre tiene algo que contarme, alguna queja y si no, probablemente alguien por quién sufrir.
Mientras me cuenta acerca de sus últimos sucesos, qué aun no sabe que terminarán como un trauma, yo me fijo en su pelo muy ondulado hasta más abajo de los hombros, aunque a veces se lo alisa no puede esconder los rulos que se revelan después de un lavado con agua y shampoo con olor a vainilla.
Caminamos hacia una banca para sentarnos y seguir discutiendo su problema, después de eso es ella quién se concentra con todas sus ganas para ayudar a quién quiera contarle sus cosas también. Habla fuerte, de vez en cuando pasa que alguien se da vuelta para escucharnos o simplemente se va porque no quiere seguir oyendo conversaciones ajenas.
Llegamos a la banca y con un típico gesto se sube los pantalones al mismo tiempo que se sienta. En todo el transcurso no ha dado ni un solo suspiro, conversa tan fluidamente que incluso puede volverse confuso.
Es muy expresiva con sus manos, sus manos son pequeñas, en la derecha tiene un lunar característico y si no tiene las uñas rojas no se las verán de otro color jamás.
Termina su historia y mirándome con los ojos un poco saltones, pestañeando rápido, de hecho más de lo normal. Está desesperada por un consejo que le solucione la vida, porque se pone nerviosa ante los cambios. Por ella que todo siguiera tan tranquilamente como siempre había estado.
Escucha lo que le tengan que decir, no acepta muchas críticas a menos que sean ciertas personas cercanas, de hecho a quienes ella les haya dado la confianza de hacerlas. Piensa bien lo que están intentando hacerla comprender y siempre llega a la misma conclusión: “ella tiene la culpa”, lo cual es contrario a lo que realmente le trataban de decir. Así vive ella, intentando solucionar cosas que no son para solucionar sino para simplemente dejarlas ser.
Después de dar este errado cierre a su conflicto, toma su botella de agua que nunca le falta y bebe un par de tragos. Se dispone entonces a escuchar, sólo como pocas personas saben hacerlo, el problema lo vive ella, se angustia tanto y más que uno mismo.
Pregunta detalles, te hace pensar, te cuestiona aquellas cosas que normalmente las personas dejamos pasar, te hace reflexionar y después, justo antes de dar el consejo final, muerde un poco su boca, lo piensa con la mirada dirigida a ninguna parte y después hacia ti; te mira con los mismos ojos saltones pero ya no pestañea tan rápido y una frase que más de una vez la he escuchado decir (y qué ganas de decírsela a ella incontables veces): “Naty – me dice - No es tan malo… de hecho lo encuentro bueno”, todo esto acompañado de un par de momentos en que se rascó la rodilla, el brazo y la pierna.
Nunca la he visto después del verano y me he preguntado si toma un color rojo o uno tostado y si eso la hace dejar de ser tan blanca, también se me ocurre que le salen más pecas en la cara de las que ya tiene. Aún así se que pasa tiempo en la piscina, le gusta nadar y según ella es el ejercicio que más te hace bajar de peso.
Nos paramos de la banca, se vuelve a subir los pantalones y caminamos perezosamente de vuelta a la sala de clases. Me pregunta si tengo crema, siempre anda preguntado si alguien tiene crema porque nunca se alcanza a echar en la cara las mañanas antes de salir apurada a tomar la micro; me consta que el problema no es el tiempo que se demora en ella (la micro), sino en el que pierde caminando a la calle por donde pasa.
No fuma y es aplicada (estudia más que muchos y menos que algunos), como a todas las personas a ella le gusta salir, es sociable pero no puede conversar tan fácilmente con alguien que acaba de conocer. Aunque si algún tema en común puede encontrar con cualquiera será la música.
Siempre llega cantando alguna canción y no importa la que le digan, ella sabrá seguir la letra, saberse el nombre y también el autor.
Se las aprende porque las escucha en todas partes, en el auto, en la micro, en los comerciales de la televisión o de la radio, en las teleseries, en los videos musicales, etc. Pero sobre todas las cosas mientras las escucha cuando lee. Lee de todo, libros que no termina, revistas faranduleras, páginas en Internet, datos freak (extraños) de lo que sea y aquello que le consume la mayor parte del tiempo son los Blogs. Los recorre de principio a fin conociendo historias de gente conocida, desconocida o que muere por conocer.
Así es ella, simple, conversadora, enrollada y de una u otra forma siempre feliz.
Ese día:
Lo conocí y no podría definir lo que pensé porque no me acuerdo.
Lo besé por primera vez y no podría decir si fue bueno, medio, malo, increíble o fome. Porque no me acuerdo.
Lo miré a los ojos y no podría decir si descubrí verdad o mentira, bondad o maldad, felicidad o tristeza porque no me acuerdo.
Conversé con él harto rato pero no podría decir de qué hablamos, si me interesaba realmente el tema, si me reía de verdad o de mentira porque no me acuerdo.
Quise aprenderme su nombre y no sé después de cuántos intentos y cuántas veces leerlo en su carné pude retenerlo porque no me acuerdo.
Lo tuve cerca muchas veces y lo olí pero no puedo decir si logré definir su esencia, si me gustó o me cargó, si fue dulzón o amargo, su fue rico o hediondo porque no me acuerdo.
Quería retenerlo, no quería que se fuera pero no sé si es porque estaba desesperada, porque me gustó, porque no perdíamos nada o porque vi algo más porque no me acuerdo.
Pero mañana:
Lo veré y sabré si tiene sed, calor cansancio o nada.
Lo besaré y sabré que me gusta que quiero que dure mucho pero no tanto como para no dejarlo con ganas de otro.
Lo miraré a los ojos y sabré que quiere algo de mi, que sus mejillas se contraen si me miente y que cuando dice la verdad le cuesta mantener la vista fija, si tiene pena no me lo dirá y si está feliz irradiará y me contará alguna historia cotidiana.
Conversaremos muchas cosas, de las cuáles probablemente no me acuerde totalmente y cuando le repita una historia esperará que termine la idea general para decirme "si me contaste" y se sorprenderá cuando le diga que le gusta el té frío, no come frutas, no me aprendo los cumpleaños en febrero pero puedo intentarlo y que conozco su cara de mentira.
Me aprendí su nombre completo, he visto fotos que ni él sabe que tiene en FB y le contaré novedades de sus amigos de las que todavía no se entera.
Lo tendré cerca todo el día y sabré que su olor me gusta, que no siempre huele igual pero siempre olerá a él mismo. Sabré también que me siento protegida cuando oloroso su polera y que él también cuando me huele a mi.
No qurré que llegue la hora de irse porque me hace reír, porque me siento tranquila, normal, segura y feliz. No querré que se vaya porque tengo frío, porque la almohada todavía puede tener más de su olor y porque es mi excusa perfecta para hacer nada pero quedándome con el sentimiento de haber hecho lo más importante de la semana. No querré que se vaya porque todavía puedo aprender a adivinar qué almorzó a qué hora y cuantos vasos de agua ha tomado en el día y de pasadita si él se quiere quedar o no.
A veces no se puede. Por más que lo intentes no se puede. Te quedas estancada como en arena movediza y te ahogas desesperadamente entre más luchas por conseguir que resulte.
Te mueres.
Un suspiro. Y mientras agonizas lloras para hacerlo lento, doloroso, solitario. ¿Por qué? ¿Qué me pasa? Te preguntas una y otra vez, lo grita tu garganta pero no sale por la boca. No hay respuesta, no hay vida, no hay palabras, no tienes nada que decir.
De pronto dejas de llorar y respiras. La arena movediza no te succiona y simplemente dejaste de luchar, pero sigues estancada, no hay como salir de ahí por uno mismo.
Una vez Acuña me dijo, la inspiración es una falacia, un pintor pinta porque los pintores pintan, no porque se inspiran. Pero yo no soy pintora, le dije. No soy escritora tampoco, no soy Naty, ni Natss ni a veces tampoco Natalia.
Necesito ver algo que me haga salir de la tumba que yo misma cabe. Porque no sólo deje de creer en mí misma, en la gente y en lo que tengo, también deje de creer en el talento. En las palabras, en la tinta y en las teclas. Me quedé sin religión.
Algo tengo que haber visto que no quice ver, porque me es más fácil quedarme aquí, echarle la culpa a la arena, a la muerte, al ataúd. Pero no, no soy así, siempre tengo algo que decir, no para alguien, no para nadie, sino por mi, para mi, para acordarme de quién soy, qué me gusta, qué me sorprende. ¿Quién soy?
Esta soy yo. Como cada vez soy yo.
Caminar más rápido no vuelve el tiempo más lento.
Hace demasiado tiempo que no lloraba tanto, puede ser que ahora lo haga porque estoy borracha. Si es que sigo borracha ya no lo sé. Ni siquiera puedo plantearme si estoy borracha.
No tengo el coraje para irme, no tengo los pelos para decidir por mí misma, lo unico que se es que quiero estar sola. Sola. ¿Es tan díficil de entender? Qué creen, que voy a hacer alguna estupidéz, o sea, estoy diciendo que soy una cobarde si tuviera las agallas para matarme lo habria hecho hace demasiado tiempo, pero no, sigo aqui haciendo lo que hago, nada; siendo parte de todo lo que odio, todo, y jugando un juego que no soporto, el cinismo.
Supongo que me quedo por las cosas que valen la pena, por eso proyecto, no?... las cosas que valen la pena. Pero hace 4 años que para mi las cosas no valen la pena, y que todo lo que podría valerlo no es suficiente.
Viendolo desde fuera, lo tengo todo, tengo todo lo que alguien podría desear, una familia que me apoya, donde salen grandes personajes admirables, una casa linda con piscina, amigos por montón que a pesar de mis arrebatos mañana y tarde me perdonan, estudio en una buena U, la de mis sueños, una carrera que no me exige ser inteligente, ni esforzada, ni... nada. Lo tengo todo, pero siento que dentro de ese todo no hay nada.
¿Cómo algo puede estar tan vacío?
Me tengo que haber caído muy fuerte para mi que mi mano esté rasmillada, y lo unico que quiero es vestirme para poder salir otra vez, quiero irme. Ahora si siento que me iré, un día, una semana, un mes. No quiero estar aqui.
Todos esperan que sea algo mejor, no quiero, no hay nada mejor, no hay mejor dentro de tanta mierda. Lo siento, lo tengo todo y debería darme con una piedra en el pecho por eso, pero no me es sificiente.
Quiero caminar hasta el ancla y quedarme ahí hasta llorarlo todo; y ver el mar como rompe en las rocas, y ver la espuma que se hace cuando vuelve, y cer el mar que rompe en las rocas, y ver el mar. ¿Quién sale a caminar porque quiere llorar en sus vacaciones? Bueno yo, y además llevo a alguien a ese antro de depresión sólo para ver como se siente. ¿Qué descubro? Que no soy la única que se siente mal. Pero sé que no por eso es que lo quiero. De hecho no es por nada. Es porque así es mejor, siendo que aquí todos sabemos que ya no va a estar mejor, porque no puede estar mejor y aún así sigue estando mal.
Quiero un bar en la playa y escribir un libro, quizás cuando tenga eso todo se acabe, pero si no lo tengo nunca durará para siempre. Nadie quiere que dure para siempre, pero todos hacen cosas esperando que duren para siempre. ¿Por qué y para qué?.
El sabor a vómito se siente en mi garganta, vomité mucho, demasiado, lo sé aunque no me acuerdo. No sé cómo llegue a mi casa... caminando. Caminé por vidrios mientras lloraba, lloraba porque ya no me dolía, porque ya no siento culpa. Caminé porque se que me voy. Me pierden, no vuelvo más, me voy. Todavía le diría a la Caro que me vaya a buscar, pero no puede, ya no es eso lo que falta, si eso lo tengo.
Ya sé, lo tengo todo... pero sigo necesitando una razón.
Que me haga comprender y
salir de aqui.
Que me ayude a sentir otra vez
y me acompañe a caminar.
Y lo más importante, a la persona que
no me juzgue y me lleve a la verdad.
Esa persona... es esa persona, será esa persona.
pd. Por hacerme recordar todo lo que quiero... Graciaaaaas!!!! :)
¿Cómo comienzan las relaciones?
¿Cuáles son las claves que te conducen a una relación estable?
¿Cómo hacer que se queden?
¿Cómo saber si ese "algo" que uno siente ES ESE ALGO que HAY que sentir?
¿Es importante la aprobación de tus amigas? ¿La opinión de cuáles de ellas tomas en cuenta, quienes son importantes?
Son sólo algunas preguntas, de las cuáles es difícil dar una respuesta.
No sé como comienza una relación estable, no tengo idea, nunca la he tenido y a veces no la he buscado, pero otras simplemente la esperé de las personas equivocadas.
No, nunca me di cuenta que eran las personas equivocadas hasta que ya tenía el corazón roto.
No me di cuenta porque soy de las que se quedan ciegas, sordas y mudas drogadictas. ¿Por qué drogadicta?, no es que consuma drogas (o sea... bueno), sino porque alucino, veo cosas que no son. Veo detalles importantes que son insignificantes y le doy atribuciones amorosas a factores que no son nada más que la cotidianeidad. No se pueden reconocer las claves cuando ya estás cagada por un hombre. Imposible.
Tampoco tengo la menor idea de cómo hacer que se queden. Supongo que es algo que sólo pasa. Solos se quedan, porque les gustas, porque te quieren, porque están calientes, porque están aburridos, etc. Si los deseas demasiado, no te da cuenta entre una razón u otra. Eres una ciega, sorda, muda drogadicta.
Ese algo... ¿qué es? Ya me siento en condiciones de reconocer cuando estoy obsesionada con alguien, ya me acostumbré a estarlo. Entonces ese algo que sentía antes, es erróneo para una relación estable?, debo sentir un algo diferente o no?. O por otro lado que hace una mujer cuando su mejor amigo le dice que la quiere, que quiere estar con ella. ¿Dónde está ese algo para ella? Si le da una oportunidad y lo empieza a ver con otros ojos, puede sentirlo? Puede haber un algo entre dos mejores amigos? Existen los mejores amigos sin sentir atracción?
Los amigos, son un tema. No creo que por la importancia de su opinión (eso elimina la pregunta en que cuestiono quién es mas importante), pero sí por una necesidad práctica. Yo veo a mis amigas y veo a mi pareja. Algunas veces se verán todos y necesito que se lleven bien. ¿Pero no es peor si se hacen amigos? ¿Puede ser peor eso a que simplemente se odien?.
Las relaciones amorosas no son mi fuerte.
A veces extraño algunas cosas y otras veces es como si nunca las hubiera conocido.
Muchas veces confundo lo que yo estoy buscando con lo que todos esperan que yo encuentre.
No quiero confundirme entre la gente, porque es la manera mas patética de estar perdida.
Prefiero asumir mi condición de alguien sin rumbo que seguir mezclando presiones sociales y perspectivas de la vida ajenas a la mía.
Cómo puede ser tan difícil ser uno mismo en paz.
Lo extraño.
Completo.
Desde su psicopatía.
Hasta las horas que podía pasar arreglando mi vida.
Lo quiero de vuelta.
De mis venas no sale sangre cuando tengo que hacerme exámenes urgentes lo que termina en un forcejeo suave de la enfermera y su aguja contra mi vena y mi vena protestando al llegar a la casa poniéndose de un color morado y doliendo como para decir mierda.
Crisis de Angustia. ¿Que es eso y qué significa y cómo se previene? Son preguntas que nadie respondió. Sólo diagnosticó.
¿Estoy loca? ¿Me diagnosticaron locura temporal?
NO ESTOY LOCA SOLO ESTOY CHATA DE PASAR MAS EN LA CLÍNICA O TOMANDO CALCIO QUE CON MIS AMIGOS EN UN ASADO CON PISCINA.
Para dejarlo claro.
Gay: YA! Muéstramelo, dime su nombre pa' verlo en face...
Hetero: Pero, es súper "Loca"
Gay: No se dice loca!!! es ANTI-GAY
Hetero: Pero yo soy hetero, ¿cómo se dice entonces...?
Gay: Se dice "fuertón"
Hetero: Fuertón??? qué es eso?? nunca lo había escuchado
Gay: Que es tan fuerte que expele lo gay.
Es refome estar hospitalizada. Sí, uno está enfermo, pero no es una inútil ¿cierto?. Agobiante.
Lejos lo peor fue despertar. Lejos lo mejor fue "el sedante".
El Pisco Sour:
Llego a las 8 y poquito de la mañana a la clínica Santa María, saco número para empezar a hacer el ingreso. Me atienden, pedimos la pieza, preguntamos lo protocolar y yo ya me empezaba a poner nerviosa. Finalmente el tipo saca una carpeta con mi nombre en la portada, mi mamá firma la "letra" (ya no es cheque en garantía por todo el leseo legal que significaba cobrar las deudas) y yo espero sentada 2 minutos mientras viene "un niño" a mostrarme la pieza.
(Eso de tratar de niños, a gente de mi edad es una tontera que no me la puede haber pegado nadie más que mi mamá, el niño...)
Subimos al ascensor, entro a una pieza, me indican que tengo que sacarme todo, TODO. Ponerme una de esas batas que se te ve el poto y quedarme en la cama. Estoy en la pieza con mi mamá, hermana, Tata y Lala. Yo aún no entro en colapso. Pienso en calma, amor, mucho amor. Como me dijo mi tía cuando hablé con ella por teléfono. Mucho amor.
Llega el momento y me vienen a buscar, ya llené los papeles, ya firme las cosas para que me dejen operar, ya me saqué el piercing en la nariz y la pulserita del Chile Mobs. Estoy lista para el tajo.
Llega la otra camilla y empieza el tandeo. Me paso a la otra cama y me llevan. Me mareo y me siento igual que en una toma de Dr. House, exceptuando que mi doctor NO ES House. Llego a la zona esterilizada y le indican a mi mamá y mi hermana que no pasen de la línea roja porfavor. Me cambian de camilla DE NUEVO. Paso de una a otra, y es el momento en que mi mamá me da un besito y me voy. Ya me siento rara. Pienso en cosas buenas, amor mucho amor.
El que me lleva me habla, me pregunta cosas, si soy alérgica a algo, cuántos años tengo y de qué me operan. Esas preguntas se van a repetir mientras enfermeros jóvenes siguen preguntándome.
Espero. Miro el reloj. Gente que entra, gente que sale, miro el reloj. Estoy sola en es el lugar lleno de camillas azules con mantas blancas. Miro el reloj, son como las 9 y media. Me indican que llamaron a la Dra XXXXX (algo) y que es mi anestesista y viene a hablar conmigo. Una señora amorosa. Me explica todo lo que tiene que decirme, y me desea lo mejor. "Ojalá sea lo más grato posible", me sonríe. Llega el doctor, quién también se muestra muy cariñoso. Para ese momento ya me quiero ir, quiero salir pronto, quiero que no me duela, quiero que me lleven al quirófano y al momento de ver por una eco no tenga nada, todo había desaparecido. Nunca hubo nada. Eso quiero.
Firmo unos papeles más y cuando el doctor y la anestesista se van pienso que debí preguntar si podía ir al baño. Si con la anestesia me voy a hacer pipi en la operación. Estaba en ayunas desde la noche anterior, pero en ese momento tenía ganas de 1 de 2 y de salir corriendo. Me llevan.
Ahora sí es una toma de película, pero yo creo que encaja mas con IR, a pesar que no veo, veía, esa serie. Es un cuarto lleno de enfermeros con trajes azules y mascarillas. ¿Por qué son todos hombres, por qué son todos jóvenes? Uno me parece "mino", aunque ni le veo la cara. Me da vergüenza, me tocan, muchos me tocan. Por fin las últimas frases que recuerdo:
- Te voy a poner un calmante ¿ya? - Me dice mi anestesista.
- Es igual que un pisco sour. ¿Te gusta el pisco sour? - Me dice el encargado de amarrarme los brazos contra el cuerpo. A quién encontré relativamente lindo.
Todo lo que está en la pieza se viene contra mi, estoy relajada, muy relajada, las luces están cerca, me muevo lento, reacciono lento y lo último que recuerdo es sentir como el niño me amarraba los brazos al cuerpo. De ahí no hay mas sensaciones hasta despertar a las 3 de la tarde en una sala de recuperación con mucho movimiento y bastante gente quejándose.
Estaba Borracha
Estoy despierta pero no abro bien los ojos. Estoy cansada. Me duele, todo me duele. El cuello me duele, mucho, demasiado para darme cuenta que es solamente el cuello. Cortinas azul oscuro, como el de las camillas, separan un paciente de otro, no veo a la gente a mi lado, pero si escucho lo que pasa.
La enfermera me pregunta cómo estoy. "Me duele". Es todo lo que digo una buena cantidad de veces. Me duele. Pido más análgesico, pero ya no me pueden dar más. Quiero más. Pero no me pueden dar más. "Entonces quiero dormir más". La anestesista algo sede, me dice que bueno. Nunca supe si me dio algo o no, pero yo seguía quedándome dormida.
En ese momento tenía calor, tenía ganas de ir al baño, tenía sueño, me dolía el cuerpo, la mente, el alma y sentía que quería morir lo antes posible. La señora al lado mio se quejaba. Cómo se quejaba esa señora. Ella sí se estaba muriendo.
- Ayúdenme. Ayúdenme. - decía, con un hilo de voz que me hacía preguntarme si yo estaba hablando con esa debilidad.
Cuando por fin logré abrir un poquito más los ojos y aparentar estar despierta pude hablar. Me dolía, pero me sentía un tanto mejor. Dije que tenía calor y me sacaron una manta, tenía dos. Estaba toda transpirada, tenía demasiado calor. También dije que quería hacer pipi.
- Voy a buscar la chata.
Era una enfermera con cara de tierna, con pelito corto y el traje le quedaba grande. Era media ganza, se notaba. La vi pasearse de lado a lado buscando la "chata" (que no es más que una vil pelela que te ponen en el poto mientras uno sigue acostada, inconsciente y pretenden que uno no quede meada entera). Hice en la chata, y como era de esperarme, me hice.
En ese momento estaba transpirada, adolorida, cansada y meada entera. Creo que fue el peor momento después de haber despertado. La señora de al lado seguía quejándose. Me dormí más. A lo lejos escuchaba como las enfermeras discutían quienes se iban a las piezas. Yo ya me quería ir. Quería ver a mi familia. Natalia ya se iba a su pieza. La número cinco, esa era yo, se iba a la 712. Esperaba ansiosa pero la pieza no se desocupaba nunca. Se demoraban y el tiempo pasaba mucho más lento de lo normal. Pasaba entre mi conciencia y mis sueños. Pasaba pero no avanzaba.
Se me acercó la anestesista de nuevo. Un amor de persona. Y me contó una anécdota que le he contado a todos los que fueron a ver.
"Tus papas ya te vieron - me dijo, seguramente se refería a mis tatas como mis papás, y debe haber pensado que mi mamá era una hermana - cuando pasaste por el pasillo te vieron, están tranquilos. Tú dormías y ¿sabes lo que decías? - yo no me acordaba de nada, qué frase milagrosa habré dicho, señor - Tú decías, Estoy borracha, estoy muy borracha" - No me dio para reírme, pero ella vio que mis ojos se iluminaron y sonrió. Me preguntó cómo me sentía. Le dije que mal y me dio dos pastillas que se chupaban y encontré ricas. Me sentí mejor.
Por fin se acerca la enfermera y me dice. "Ya, nos vamos"
No Puedo Dormir de Guata
No me cambian de camilla hasta que entro a una pieza. De esto me acuerdo muy poco. El orden de las cosas no lo tengo claro, aún estaba muy cansada para poner atención en algo más que mi dolor. Ya en la otra cama, a la que me tenía que mover sola, empezó el chaquetreo. Las enfermeras me toman la presión, me tocan el parche, me dicen que no hay inflamaciones. Me revisan el suero, las intravenosas, me ponen los electrodos en el pecho, una maquina que mide pulsasiones en el dedo índice y me explican que me voy a quedar una noche ahí, me van a estar vigilando y que estoy bien. Muy bien.
Entra mi familia, calladita, una vez que estoy conectada a todo lo que me monitorea, desde mi respiración hasta las veces que me dan ganas de hacer pis. Los veo y siento calma en mi. Mi tata se veía tan afligido, en un momento pensé que le dolía mas a él que a mi. ¿Cómo se aguantan 9 hospitalizaciones?
Me acuerdo de bien poco. A pesar que en ese momento yo estaba bastante despierta. Pero lo que se es que me quejaba y que dormía. Casi ni estuve con ellos, me quejaba y dormía. Me dolía. La enfermera me dijo que me iba administrar doble analgésico, me sentí mejor.
Me llevaron te y agua. Sólo tome un poquito de agua. No quería té, no quería estimular mis ganas de hacer pipí que la eran lo suficientemente desagradables. Quería levantarme al baño y nadie me dejaba. Quería ponerme calzones y nadie me dejaba. Quería destaparme sin sentir frío pero no lograba regular mi temperatura corporal. Quería dormir de guata pero me era imposible. Aún no he podido.
Me quedé viendo El Gladiador, me encanta esa película. Claro que descubrí que no podía llorar, porque PT que dolía, así que una vez que Maximus había matado al emperador cambié la tele, hice un poco de zaping, no encotré nada, pregunte si me iban a dar una pastilla para dormir, me dijeron que me durmiera así no más, entonces hice caso. Me dormí.
La noche fue pésima, desperté a cada rato entre los chequeos de las enfermeras y la maquina que sonaba sola. Despertar con un ruido de palpitaciones es agotante. Tantas películas lo primero que uno piensa es "me estoy muriendo?". Pero no, no era nada. Nada de muerte por lo menos. Quería sentirme mejor. Quería a mi mamá.
Mi Repentina Anorexia
Al despertar me trajeron desayuno. Creo que fue asi, no me acuerdo. Es raro que no me acuerde de los días que recién había recuperado conciencia. Debe heber sido la doble dosis de analgésicos que me tenían media tonta.
Durante la mañana tuve varias visitas, los cambios de turnos, las enfermeras nuevas, hice pipi un par de veces, un curita me hablo entre sueños y me dijo que Jesús me amaba que tenía que pedirle que me cuide, se fue. Cre que fue después de eso cuando llegó la bandeja con te. Parece que tampoco me lo tomé. No, no lo hice, porque en ese momento pensé que llevaba muchas horas sin comer. Eso representaba por sí mismo lo mal que me sentía. Yo, sin comer.
Al ratito una señora golpeó la puerta, yo hablaba bajito, así que no hice ni en intento en decir "Pase", me preguntó si quería rezar. La verdad es que no quería, moví mi cabeza y pensé que con la plegaria de la noche anterior era suficiente. Sino, de todos modos mi Lala ya se habría rezado unos buenos rosarios en mi nombre y en el de mi familia.
Todas las enfermeras fueron tan amorosas. Había una que me conversaba harto, era muy alegre, mas de una vez me saco algunas palabras y comentaba las películas. Supe que vivió en Colombia, me preguntó por el libro de la Isabel Allende que estoy (estaba, no me gustó) leyendo, fue bien tierna. Eso se llama vocación.