Es refome estar hospitalizada. Sí, uno está enfermo, pero no es una inútil ¿cierto?. Agobiante.
Lejos lo peor fue despertar. Lejos lo mejor fue "el sedante".
El Pisco Sour:
Llego a las 8 y poquito de la mañana a la clínica Santa María, saco número para empezar a hacer el ingreso. Me atienden, pedimos la pieza, preguntamos lo protocolar y yo ya me empezaba a poner nerviosa. Finalmente el tipo saca una carpeta con mi nombre en la portada, mi mamá firma la "letra" (ya no es cheque en garantía por todo el leseo legal que significaba cobrar las deudas) y yo espero sentada 2 minutos mientras viene "un niño" a mostrarme la pieza.
(Eso de tratar de niños, a gente de mi edad es una tontera que no me la puede haber pegado nadie más que mi mamá, el niño...)
Subimos al ascensor, entro a una pieza, me indican que tengo que sacarme todo, TODO. Ponerme una de esas batas que se te ve el poto y quedarme en la cama. Estoy en la pieza con mi mamá, hermana, Tata y Lala. Yo aún no entro en colapso. Pienso en calma, amor, mucho amor. Como me dijo mi tía cuando hablé con ella por teléfono. Mucho amor.
Llega el momento y me vienen a buscar, ya llené los papeles, ya firme las cosas para que me dejen operar, ya me saqué el piercing en la nariz y la pulserita del Chile Mobs. Estoy lista para el tajo.
Llega la otra camilla y empieza el tandeo. Me paso a la otra cama y me llevan. Me mareo y me siento igual que en una toma de Dr. House, exceptuando que mi doctor NO ES House. Llego a la zona esterilizada y le indican a mi mamá y mi hermana que no pasen de la línea roja porfavor. Me cambian de camilla DE NUEVO. Paso de una a otra, y es el momento en que mi mamá me da un besito y me voy. Ya me siento rara. Pienso en cosas buenas, amor mucho amor.
El que me lleva me habla, me pregunta cosas, si soy alérgica a algo, cuántos años tengo y de qué me operan. Esas preguntas se van a repetir mientras enfermeros jóvenes siguen preguntándome.
Espero. Miro el reloj. Gente que entra, gente que sale, miro el reloj. Estoy sola en es el lugar lleno de camillas azules con mantas blancas. Miro el reloj, son como las 9 y media. Me indican que llamaron a la Dra XXXXX (algo) y que es mi anestesista y viene a hablar conmigo. Una señora amorosa. Me explica todo lo que tiene que decirme, y me desea lo mejor. "Ojalá sea lo más grato posible", me sonríe. Llega el doctor, quién también se muestra muy cariñoso. Para ese momento ya me quiero ir, quiero salir pronto, quiero que no me duela, quiero que me lleven al quirófano y al momento de ver por una eco no tenga nada, todo había desaparecido. Nunca hubo nada. Eso quiero.
Firmo unos papeles más y cuando el doctor y la anestesista se van pienso que debí preguntar si podía ir al baño. Si con la anestesia me voy a hacer pipi en la operación. Estaba en ayunas desde la noche anterior, pero en ese momento tenía ganas de 1 de 2 y de salir corriendo. Me llevan.
Ahora sí es una toma de película, pero yo creo que encaja mas con IR, a pesar que no veo, veía, esa serie. Es un cuarto lleno de enfermeros con trajes azules y mascarillas. ¿Por qué son todos hombres, por qué son todos jóvenes? Uno me parece "mino", aunque ni le veo la cara. Me da vergüenza, me tocan, muchos me tocan. Por fin las últimas frases que recuerdo:
- Te voy a poner un calmante ¿ya? - Me dice mi anestesista.
- Es igual que un pisco sour. ¿Te gusta el pisco sour? - Me dice el encargado de amarrarme los brazos contra el cuerpo. A quién encontré relativamente lindo.
Todo lo que está en la pieza se viene contra mi, estoy relajada, muy relajada, las luces están cerca, me muevo lento, reacciono lento y lo último que recuerdo es sentir como el niño me amarraba los brazos al cuerpo. De ahí no hay mas sensaciones hasta despertar a las 3 de la tarde en una sala de recuperación con mucho movimiento y bastante gente quejándose.
Estaba Borracha
Estoy despierta pero no abro bien los ojos. Estoy cansada. Me duele, todo me duele. El cuello me duele, mucho, demasiado para darme cuenta que es solamente el cuello. Cortinas azul oscuro, como el de las camillas, separan un paciente de otro, no veo a la gente a mi lado, pero si escucho lo que pasa.
La enfermera me pregunta cómo estoy. "Me duele". Es todo lo que digo una buena cantidad de veces. Me duele. Pido más análgesico, pero ya no me pueden dar más. Quiero más. Pero no me pueden dar más. "Entonces quiero dormir más". La anestesista algo sede, me dice que bueno. Nunca supe si me dio algo o no, pero yo seguía quedándome dormida.
En ese momento tenía calor, tenía ganas de ir al baño, tenía sueño, me dolía el cuerpo, la mente, el alma y sentía que quería morir lo antes posible. La señora al lado mio se quejaba. Cómo se quejaba esa señora. Ella sí se estaba muriendo.
- Ayúdenme. Ayúdenme. - decía, con un hilo de voz que me hacía preguntarme si yo estaba hablando con esa debilidad.
Cuando por fin logré abrir un poquito más los ojos y aparentar estar despierta pude hablar. Me dolía, pero me sentía un tanto mejor. Dije que tenía calor y me sacaron una manta, tenía dos. Estaba toda transpirada, tenía demasiado calor. También dije que quería hacer pipi.
- Voy a buscar la chata.
Era una enfermera con cara de tierna, con pelito corto y el traje le quedaba grande. Era media ganza, se notaba. La vi pasearse de lado a lado buscando la "chata" (que no es más que una vil pelela que te ponen en el poto mientras uno sigue acostada, inconsciente y pretenden que uno no quede meada entera). Hice en la chata, y como era de esperarme, me hice.
En ese momento estaba transpirada, adolorida, cansada y meada entera. Creo que fue el peor momento después de haber despertado. La señora de al lado seguía quejándose. Me dormí más. A lo lejos escuchaba como las enfermeras discutían quienes se iban a las piezas. Yo ya me quería ir. Quería ver a mi familia. Natalia ya se iba a su pieza. La número cinco, esa era yo, se iba a la 712. Esperaba ansiosa pero la pieza no se desocupaba nunca. Se demoraban y el tiempo pasaba mucho más lento de lo normal. Pasaba entre mi conciencia y mis sueños. Pasaba pero no avanzaba.
Se me acercó la anestesista de nuevo. Un amor de persona. Y me contó una anécdota que le he contado a todos los que fueron a ver.
"Tus papas ya te vieron - me dijo, seguramente se refería a mis tatas como mis papás, y debe haber pensado que mi mamá era una hermana - cuando pasaste por el pasillo te vieron, están tranquilos. Tú dormías y ¿sabes lo que decías? - yo no me acordaba de nada, qué frase milagrosa habré dicho, señor - Tú decías, Estoy borracha, estoy muy borracha" - No me dio para reírme, pero ella vio que mis ojos se iluminaron y sonrió. Me preguntó cómo me sentía. Le dije que mal y me dio dos pastillas que se chupaban y encontré ricas. Me sentí mejor.
Por fin se acerca la enfermera y me dice. "Ya, nos vamos"
No Puedo Dormir de Guata
No me cambian de camilla hasta que entro a una pieza. De esto me acuerdo muy poco. El orden de las cosas no lo tengo claro, aún estaba muy cansada para poner atención en algo más que mi dolor. Ya en la otra cama, a la que me tenía que mover sola, empezó el chaquetreo. Las enfermeras me toman la presión, me tocan el parche, me dicen que no hay inflamaciones. Me revisan el suero, las intravenosas, me ponen los electrodos en el pecho, una maquina que mide pulsasiones en el dedo índice y me explican que me voy a quedar una noche ahí, me van a estar vigilando y que estoy bien. Muy bien.
Entra mi familia, calladita, una vez que estoy conectada a todo lo que me monitorea, desde mi respiración hasta las veces que me dan ganas de hacer pis. Los veo y siento calma en mi. Mi tata se veía tan afligido, en un momento pensé que le dolía mas a él que a mi. ¿Cómo se aguantan 9 hospitalizaciones?
Me acuerdo de bien poco. A pesar que en ese momento yo estaba bastante despierta. Pero lo que se es que me quejaba y que dormía. Casi ni estuve con ellos, me quejaba y dormía. Me dolía. La enfermera me dijo que me iba administrar doble analgésico, me sentí mejor.
Me llevaron te y agua. Sólo tome un poquito de agua. No quería té, no quería estimular mis ganas de hacer pipí que la eran lo suficientemente desagradables. Quería levantarme al baño y nadie me dejaba. Quería ponerme calzones y nadie me dejaba. Quería destaparme sin sentir frío pero no lograba regular mi temperatura corporal. Quería dormir de guata pero me era imposible. Aún no he podido.
Me quedé viendo El Gladiador, me encanta esa película. Claro que descubrí que no podía llorar, porque PT que dolía, así que una vez que Maximus había matado al emperador cambié la tele, hice un poco de zaping, no encotré nada, pregunte si me iban a dar una pastilla para dormir, me dijeron que me durmiera así no más, entonces hice caso. Me dormí.
La noche fue pésima, desperté a cada rato entre los chequeos de las enfermeras y la maquina que sonaba sola. Despertar con un ruido de palpitaciones es agotante. Tantas películas lo primero que uno piensa es "me estoy muriendo?". Pero no, no era nada. Nada de muerte por lo menos. Quería sentirme mejor. Quería a mi mamá.
Mi Repentina Anorexia
Al despertar me trajeron desayuno. Creo que fue asi, no me acuerdo. Es raro que no me acuerde de los días que recién había recuperado conciencia. Debe heber sido la doble dosis de analgésicos que me tenían media tonta.
Durante la mañana tuve varias visitas, los cambios de turnos, las enfermeras nuevas, hice pipi un par de veces, un curita me hablo entre sueños y me dijo que Jesús me amaba que tenía que pedirle que me cuide, se fue. Cre que fue después de eso cuando llegó la bandeja con te. Parece que tampoco me lo tomé. No, no lo hice, porque en ese momento pensé que llevaba muchas horas sin comer. Eso representaba por sí mismo lo mal que me sentía. Yo, sin comer.
Al ratito una señora golpeó la puerta, yo hablaba bajito, así que no hice ni en intento en decir "Pase", me preguntó si quería rezar. La verdad es que no quería, moví mi cabeza y pensé que con la plegaria de la noche anterior era suficiente. Sino, de todos modos mi Lala ya se habría rezado unos buenos rosarios en mi nombre y en el de mi familia.
Todas las enfermeras fueron tan amorosas. Había una que me conversaba harto, era muy alegre, mas de una vez me saco algunas palabras y comentaba las películas. Supe que vivió en Colombia, me preguntó por el libro de la Isabel Allende que estoy (estaba, no me gustó) leyendo, fue bien tierna. Eso se llama vocación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 Response to "Memorias de una Tiroidectomía Total"
Publicar un comentario