Siglo III
"Cuenta la leyenda que San Adrián(*) era un centurión romano de la milicia imperial en tiempos del emperador Maximiano. Adrián custodiaba a 33 cautivos cristianos condenados al martirio. Éstos lo convirtieron a su fe en poco tiempo y Adrián decidió devolverles la libertad.
Adrián fue apresado por orden del mismo emperador. Lo torturaban para que confesara la ubicación de los cristianos que había dejado en libertad, pero Adrián no tenía en mente decirlo. Fue entonces cuando hicieron traer a su esposa Natalia para presionarlo y de esta manera obtener la verdad. Pero no fue así.
Natalia, que hacía un tiempo se había vuelto cristiana secretamente, en vez de cooperar alentó a su esposo para que no confesara y que siguiera firme en su buena acción.
Finalmente asesinaron a Adrián, dejándolo morir desangrado. Natalia murió tiempo después al lado de su tumba"
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siglo XXI
Cuando tenía 11 años un niño llamado Sebastián ya había besado a Natalia. Ella nunca lo quizo mucho, de hecho a penas le gustaba, pero por no decir que NO y por curiosidad dejó ser besada. Y así fue como Natalia experimentó su primer y babosamente púber beso francés.
Pero ella tiene una historia mejor. Más linda, más real. Un beso de verdad. Ese que se da con el estómago lleno de mariposas y los pies en algodón.
Tenía 14 años y estaba de vacaciones con una amiga en la playa. Conocieron a dos chiquillos, eran de mayor edad y uno de ellos más guapo, pero durante el día no tenía ninguna gracia más que aquellas marcas rojas que dejan los 16 años en el rostro.
Se gustaron de inmediato. Durante una semana completa se juntaron todas las noches. Paseaban por la playa muy juntitos, caminaban hasta la feria artesanal y hablaban de puras pavadas. Se gustaban y casi ni sostenían la mirada. Natalia se ponía nerviosa fácilmente y lo evitaba, prefería caminar con el otro amigo. Por no querer enfrentar lo que le pasaba realmente.
Hasta que la última noche de Natalia en la costa llegó. Como todos los otros días habían ido a caminar, pero esta vez no se habían alejado casi ningún momento. Pararon, incluso, a ver las estrellas. Natalia nunca entendió donde estaba la Osa Mayor, pero no le importó, porque ella solamente quería escucharlo a él. Lo miraba todo el tiempo. Hasta que llegaron a la cabaña.
- ¡Guerra de tomatitos! - Gritó el amigo.
Mientras los demás jugaban ellos se alejaron un poco sin dejar de mirarse a los ojos. Él le dice.
- Natalia, ¿puedo darte un beso? - Con los latidos a mil por segundo Natalia lo mira asustadísima y responde.
- No...
Miraron ambos el suelo, él se aleja un poco y ella habla.
- Adrián, eso no se pregunta. Se hace.
Se hizo.
Cuando a Natalia le preguntan cuál fue su primer beso ella responde "Con Adrián, un amor de verano". Es esa historia la que ella lleva dentro de su corazón.
pd. ¿Cuál era la posibilidad de que una Natalia y un Adrián volvieran a juntarse tantos siglos después?.
A eso se le llama desafiar a la vida, al destino.
(*) http://www.acompostela.com/curiosidades/una-historia-de-amor.html
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12 de abril de 2009, 21:09
Me encanta!!!! (L)
simplemente lo ame, nada más que decir.
Estoy media sentimental hoy asiq mejor lo dejo aqui o me voy a poner a moquear indignamente.
besos!
13 de abril de 2009, 14:58
me gustan. Really. Pero sólo me planto la duda si sentarse una y otra vez para doblarle la mano a la vida no es una manera de, finalmente, hacer lo que debía.
y que cúal es la posibilidad de que vuelvan a encontrarse? eso depende de ellos. de nadie más.
fran
16 de abril de 2009, 10:32
(: