Voy a escribir sólo porque no voy a soportar quedarme callada durante dos semanas.
Voy a escribir porque no voy a pensar igual en dos semanas.
Voy a escribir sólo para cuando pasen dos semanas, leer esto e intentar acordarme de lo que siento. De la convicción.
Voy a escribir porque se que no lo lees.
Voy a escribir porque necesito la necesidad de hacerlo.
Voy a escribir porque los 20 minutos en la trotadora acompañados de Fm2 no fueron suficientes.
Voy a escribir porque me gusta, me gustas.
Voy a escribir para no cambiar de parecer.
Voy a escribir para cambiar de parecer, pero después arrepentirme.
Voy a escribir porque tengo que decírtelo.
Voy a escribir porque sí.
Escena n°1
Una joven sale de su casa a tiempo con pena disimulada.
Escena n°2
Una joven entra a su clase nueva y se olvida de la pena mientras ve una película sumamente buena, muerta de la risa con sus compañeros.
Escena n°3
Una joven admite que tiene pena y que lloró gran parte de la noche por un hombre que no la quiere. Admite que ella vale más que él y dice todo muy rápido para que la pena no vuelva e irse tranquila a hacer un trabajo en grupo.
Escena n°4
Una joven sigue su rutina diaria, no tiene hambre (no ha almorzado y no tiene hambre, indicio de pena). Escucha a su profesor favorito mientras analiza que el problema es claramente la manera de aprendizaje que ha tenido. Porque la frecuencia de la repetición recompensada no es fija ni continua, sino que de intervalos variables. Por ejemplo: Los ludópatas o las relaciones tormentosas.
Escena n°5
Una joven camina junto con sus amigas con un café calentito en la mano mientras se prepara para ir a clases de Inglés. En el trayecto se le acerca una amiga que la extrañaba mucho y le regala unas lindas flores. Flores que están en el living de su casa. Se pone contenta y no se acuerda de la pena.
Escena n°6
Una joven sale cansada ya de noche de su clase para irse directo a su casa. En la micro una señora se sube. El micrero frena fuerte y la señora se abalanza sobre ella, que por poquito se saca la cresta. La señora le pide disculpas y ella la perdona. Suele pasar.
Escena n°7
La señora pregunta qué cómo llega "al Cordillera", la joven no sabe. El señor de enfrente le dice, tome la D10. La señora dice con voz muy entrecortada "Vengo de la consulta, por la vesícula, me mandaron directo pal cordillera, con too los papeles". El señor no le dice nada. La joven tampoco sabe que decir.
Escena n°8
La señora llora. Se tambalea, pero no se quiere sentar. Hay asientos vacíos, pero no se quiere sentar. Vuelve a preguntar qué cómo llega "al Cordillera". El señor le vuelve a decir "En la D10" y también le explica que puede tomar el metro, bajarse en las torres y ahí tomar "una pa' arriba".
La señora llora, se frota el costado derecho muy fuerte y muy seguido. La señora llora.
Escena n°9
La señora llora y ya tiene nerviosos a hartos pasajeros, sobretodo a la joven. Ella la mira mientras se frota las costillas, huele algo, huele raro, a sudor, le mira las manos a La señora, tienen sangre en los dedos. A eso huele. Le mira la blusa. No, no está manchada, seguramente las tiene así desde antes de ir al consultorio. "¿Será la vesícula?" Piensa. A la joven la señora le da algo raro en la guata, no confía, pero igual la afirma mientras se tambalea, igual le dice que se siente tranquila, igual la sigue poniendo nerviosa mientras sigue llorando.
Escena n°10
La señora se baja. Cambio de pasajeros. La joven se sienta. Espera un rato y se corre para ofrecer el asiento de al lado a otra señora. A ella le da miedo sentarse con hombres cuando ya está oscuro. Sigue su viaje en la micro. Llama por teléfono a su Mamá para que la vaya a buscar, pero sigue en la oficina. La joven va a tener que caminar por esa calle oscura, sola.
Escena n°11
Una joven se baja de la micro, se pone bien la mochila, agarra fuerte las flores y se pone a caminar rápido. Se va pegadita a otra joven como de su edad y a otra señora con una bolsa de una farmacia llena de cosas.
La joven (2) después de tres cuadras entra por un pasaje. Sólo queda ella y la señora que también se ve bien asustada caminando rápido. Ella odia esa calle. Le tiene mucho miedo, pero no hay otra mejor por dónde irse tampoco.
Escena n°12
Una joven entra al condominio. Por fin respira tranquila. La señora seguía pocos pasos más adelante de ella. La joven se entusiasma y le dice. "¡Hola! Casi le digo que nos viniéramos caminando juntas". La señora la mira sonriente y entablan una conversación de calle.
Escena n°13
La joven se despide. "¿Vives ahí?", dice la señora. "Sí, en esta casa". "Eres la hija de Víctor Rodriguez".
Coindidencias, resultaba que la Señora era hermana de un amigo de infancia de mi Papá. Un amigo del cuál yo ya tenía conocimiento, pero nunca he visto. Es que casi lo entrevisto para mi Monografía de Bachillerato.
pd. El mundo sí que es chiquito. Como mi corazón hoy día.
A ver. No sé por qué haré esta aclaración, ya que la única perjudicada en todo esto termino siendo yo. Pero ya es una cuestión del día a día no saber cerrar MI linda boca y terminar perdiendo el respeto que algunos me tienen. Por suerte mis amigos de verdad me quienre igual.
Como sea. Ori, tengo que darte la pésima noticia que NO TENGO SENTIDO COMÚN. O sea, cómo te lo explico. (suspiro)
Ejemplos:
1. Una mujer, inmadura por cierto, que quería ser una abogada de prestigio y termina en Periodismo. ¿Tiene sentido común?
2. Una joven adolescente que quiere encontrar el amor, pero que escapa desesperadamente y sin control de las más pequeñas demostraciones de cariño. ¿Tiene sentido común?
3. Una linda y entretenida Natalia, que da consejos impulsivos y que por más que diga orgullosamente que piensa todo antes de actuar y MIENTE. ¿Tiene sentido común?
(Porque sí, debo reconocer que en estos días en cama. Uno que piensa tonteras con la almohada cerca. Medité muchas cosas, y una de mis conclusiones fue: NO PIENSO ANTES DE ACTUAR)
4. Una persona que tiene un blog que sólo leen sus amigos más cercanos de vez en cuando y que si resumimos sus temáticas, todas radican en ciertas concurrentes CRISIS identitarias. ¿Tiene sentido común?
Si sigues pensando que lo tengo. Te felicito, porque conmigo esa CAGÁ de MALDITO SENTIDO COMÚN no me funciona... Y debo admitir también que me siento alagada.
Quizás, así como para no seguir machacando mi autoestima debería NO haber publicado este post, pero da lo miiiiiiismo. Lo hice. ¿Tengo sentido común?
NO TENGO SENTIDO COMÚN.
SÓLO SOY UNA MINA IMPULSIVAMENTE LOCA Y ME ENCANTA.
Nada me resulta demasiado bien, pero no puedo decir que no lo paso la raja.
He dicho.
- Me siento como, no sé...
- ¿Como el tallarín que se quedó pegado a la olla y nadie se dignó a servir en el plato?
Lo entretenido de saber guardar secretos, es saber disimular que ya se lo contaste a alguien.
" Hijo mío, si has servido de aval a un compañero, si te has comprometido con un desconocido, estás amarrado con tus propias palabras, eres prisionero de tus compromisos. Pues bien, haz esto hijo mío: ¡Libérate lo más pronto! ¿No ves que estás a la merced de otro? ¡Anda a verlo, ponte de rodillas suplícale! ¡No concedas sueño a tus ojos ni descanso a tus párpados; tienes que liberarte, como el ciervo de la trampa, como el pájaro de la red! "
No te comprometas a la ligera.
Poverbios 6 (1-5)
1. A quién le hecharía toda la culpa cuando YO me mando algún condoro?
2. Quién me abriría la puerta cuando me quedo afuera?
3. Quién me defendería cuando la Mamá anda con los monos y no deja salir?
4. Con quién me reiría idiotamente mientras vemos los Simpsons?
5. A quién le gritaría cuando ando antipática?
6. Quién me prestaría plata para carretear cuando ando corta de monedas?
7. A quién le robaría los calcetines cuando no encuentro en mi cajón?
8. Y a quién querría tanto que daría hasta la vida si no es a MI hermana menor?
Felices 14 Años de tu Compañía.
Te quiere... Tu hermana mayor.
Siglo III
"Cuenta la leyenda que San Adrián(*) era un centurión romano de la milicia imperial en tiempos del emperador Maximiano. Adrián custodiaba a 33 cautivos cristianos condenados al martirio. Éstos lo convirtieron a su fe en poco tiempo y Adrián decidió devolverles la libertad.
Adrián fue apresado por orden del mismo emperador. Lo torturaban para que confesara la ubicación de los cristianos que había dejado en libertad, pero Adrián no tenía en mente decirlo. Fue entonces cuando hicieron traer a su esposa Natalia para presionarlo y de esta manera obtener la verdad. Pero no fue así.
Natalia, que hacía un tiempo se había vuelto cristiana secretamente, en vez de cooperar alentó a su esposo para que no confesara y que siguiera firme en su buena acción.
Finalmente asesinaron a Adrián, dejándolo morir desangrado. Natalia murió tiempo después al lado de su tumba"
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siglo XXI
Cuando tenía 11 años un niño llamado Sebastián ya había besado a Natalia. Ella nunca lo quizo mucho, de hecho a penas le gustaba, pero por no decir que NO y por curiosidad dejó ser besada. Y así fue como Natalia experimentó su primer y babosamente púber beso francés.
Pero ella tiene una historia mejor. Más linda, más real. Un beso de verdad. Ese que se da con el estómago lleno de mariposas y los pies en algodón.
Tenía 14 años y estaba de vacaciones con una amiga en la playa. Conocieron a dos chiquillos, eran de mayor edad y uno de ellos más guapo, pero durante el día no tenía ninguna gracia más que aquellas marcas rojas que dejan los 16 años en el rostro.
Se gustaron de inmediato. Durante una semana completa se juntaron todas las noches. Paseaban por la playa muy juntitos, caminaban hasta la feria artesanal y hablaban de puras pavadas. Se gustaban y casi ni sostenían la mirada. Natalia se ponía nerviosa fácilmente y lo evitaba, prefería caminar con el otro amigo. Por no querer enfrentar lo que le pasaba realmente.
Hasta que la última noche de Natalia en la costa llegó. Como todos los otros días habían ido a caminar, pero esta vez no se habían alejado casi ningún momento. Pararon, incluso, a ver las estrellas. Natalia nunca entendió donde estaba la Osa Mayor, pero no le importó, porque ella solamente quería escucharlo a él. Lo miraba todo el tiempo. Hasta que llegaron a la cabaña.
- ¡Guerra de tomatitos! - Gritó el amigo.
Mientras los demás jugaban ellos se alejaron un poco sin dejar de mirarse a los ojos. Él le dice.
- Natalia, ¿puedo darte un beso? - Con los latidos a mil por segundo Natalia lo mira asustadísima y responde.
- No...
Miraron ambos el suelo, él se aleja un poco y ella habla.
- Adrián, eso no se pregunta. Se hace.
Se hizo.
Cuando a Natalia le preguntan cuál fue su primer beso ella responde "Con Adrián, un amor de verano". Es esa historia la que ella lleva dentro de su corazón.
pd. ¿Cuál era la posibilidad de que una Natalia y un Adrián volvieran a juntarse tantos siglos después?.
A eso se le llama desafiar a la vida, al destino.
(*) http://www.acompostela.com/curiosidades/una-historia-de-amor.html