No era mi talla, así que revisé la etiqueta y me di cuenta que tenía un ticket de cambio, ningún problema, como era un regalo de navidad, fui y cambié la polera por una talla más grande, y fin, nada de dramas.
El problema es cuando es una la que se compra la ropa.
Te pruebas como 10 pantalones, y no son más porque te hartas de entrar y salir del probador y hacer una selección nunca realmente seleccionada, de los pantalones que te gustan más.
Entonces al final, siempre te quedas con dos en la mano. Dos jeans que son sumamente parecidos, a lo más tienen $990 de diferencia en precio y que cambia: que uno te aprieta en las piernas y el otro en el trasero, y no tienes idea de cuál va a ceder más. Pero como sea, al final son los $990 los que deciden y te llevas el primero que te probaste.
Llegas a tu casa y ¡paf! te das cuenta que para variar, el espejo del probador mentía, te queda más ajustado de lo que tu creías, y te sientas en la cama y ves la etiqueta que desesperadamente ya le sacaste, pensando en que excusa puedes utilizar, pero no se puede, no se puede hacer nada. Porque ya está hecha la compra, y no tienes el ticket de cambio.
Te quedas entonces con esa decisión que pensaste era la mejor, y es cosa de pasar un par de noches mirando el techo y meditando con la almohada para arrepentirte y pensar "por qué no escogí el otro".
Para que vean, que un regalo con ticket de cambio, es más que "te compré esto, pero no estoy segura de que te guste", si no que es una posibilidad de arrepentirte y seguir con tu vida normal como si nada.
Quiero un ticket de cambio.
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7 de enero de 2009, 20:26
Después de chocar los autos, por algo tenía que llorar ... jajaja
si tuviera que pedir un ticket de cambio sería una versión mejorada de mi misma... definitivamente... fran 2.0?
p.d.:toy caga , me envicié a todos los nuevos realities del 13 y del 7... unete a mi grupo?