Siempre tuve la convicción media masoquista acerca del amor.
Me refiero a que simplemente creo en la proporcionalidad de los sentimientos, de la capacidad del corazón.
Pienso que entre más sufra una persona, más capacidad de amar tiene.
Por lo tanto entre más ama una persona más propenso se hará a llorar fácilmente...
Es pura matemática.
Por eso soy tan llorona.
Peor los que creen que aman pero no lloran.
Peor los que lloran por quien aman... pero algun dia amaran a quien los hace llorar por cosas indirectas.
Peor los que lloran porque no los aman. Eso es como un callejón sin salida.
Mejor llorar porque algún día van a explotar de cosas lindas.
¿Por qué todos se deprimen con la lluvia?
Cuando llueve, duermo mejor.
Cuando llueve se limpia el aire rancio de Santiago.
Las mañanas después de llover, son los más lindos primeros medios días del año.
La cordillera se llena de nieve, no es necesario decir que eso es hermoso.
Caminar debajo de la lluvia es como si te limpiaran el alma.
Todos los verdes se ven más verdes, y todos los naranjos se ve más naranjos, una linda manera de resaltar los colores del invierno.
Los niños juegan a salrar en las pozas.
Las cocinas se llenan de olores ricos, de sopaipillas calientes y de sopas caceras.
Nada es más bienvenido de comer que en un día lluvioso.
Ni hablar del chocolate caliente.
Las casas están más cariñosas y el conducto natural es que todos quieran llegar más temprano a regalonear.
Sí... bueno no todos. Hay gente que sufre. Deprimámonos por ellos. Pero no porque el día llueve, sino porque hay gente que se moja y no tiene cómo secarse...
Aún así, la lluvia no deprime, lo que deprime es la realidad.
Mirenme aquí estoy.
Borrando las cicatrices. Me dieron una crema cicatrizante para borrar la que tengo en el cuello por la operación de hace un año y medio. Pero ¿para qué más podría servir esa crema?
Me he dado cuenta.
Sabotaje.
Saboteandome a mí misma. ¿Qué estúpida no?
Alguna vez dije que escribiría un libro.
De mi estupidéz quizás.
Tengo amigas a las que les hice daño. Y ya no son mis amigas.
Pero no quiero perder a nadie más por el poco respeto que me tengo a mi misma.
No quiero perderme a mí.
No quiero hacerme sufrir a propósito.
¿Me lo merezco?
Merezco las cosas buenas que tengo, y las malas hay que arreglarlas.
Borré todo.
Quiero borrar las marcas, perdonar mis culpas. Querer mi corazón y poder amar plenamente.
Son las pequeñas situaciones en las que me hacen sonreir.
Cuando me siento bajo un confundus entro en desesperación, pero irónicamente esos detalles que a la mayoría de las mujeres las vuelve loca, como la embriaguez de sus maridos... por qué si somos insoportables digo yo... en fin. Divago.
mm...
Los pequeños detalles, sí. Esas imbecilidades que pueden ser molestas pero que me producen un profundo sentimiento de protección? No... no sé. Bueno es que yo.
Los detalles ese es el punto.
Pasa:
Cuando nos quedamos sin nada.
Cuando extrañamos.
Cuando estamos aburridos de lo mismo.
Cuando nos obligan a un cambio.
Cuando experimentamos la muerte.
Cuando se nos da la gana...
Qué egoista somos. Siempre esperando que los demás hagan cosas por nosotros, cuando al final, POR QUÉ?, ¿por qué deberían andarse preocupando todo el tiempo de nosotros?.
¿Quién dice que eso tiene que hacer la gente que nos quiere?
Es una manera bastante egoísta, egocéntrica y EGOgogoolorona de vivir.
Pero sí. Siempre fui yo la que tenía que ser especial, a la que tenían que descubrir, enteder, soportar, regalonear, comprar cosas, regalar cosas, sacar a pasear, ir a donde yo quiero. Porque yo soy especial.
Sí, especialmente pendeja.
Nadie dice que cambie y probablemente no lo haga.
Pero aún siendo esta testaruda niña implorando por amor, puedo ser mejor. Puedo ser menos egoísta.
Puedo hacer que ustedes sean especiales para mi.
Puedo quererlos.
Puedo decirle que los quiero.
Puedo tocarlos.
Puedo, tal como ustedes pueden conmigo.
Tú a quien quiero,
Despierta.
Abre los ojos.
Estírtate y respira hondo que el desayuno está en la cama.
Porque los quiero.